miércoles, 19 de septiembre de 2007

De Un PaSo Por VeZ...

Estuve revisando algunos escritos míos y me dieron ganas de compartirlos. No son de hoy, pero releerlos me hace pasar por el corazón algunas situaciones y recuerdos lindos;que a mí me hacen bien. En este, puntual, el seguir hoy de a un paso, aunque la paciencia es poca, la ansiedad me gana muchas veces...es de a un paso por vez la mejor manera de llegar. Dicen que "el viaje de miles de kilometros comienza con un solo paso"...
De a un paso por vez, y con la sensación de comenzar a transitar el camino de una manera nueva y distinta. Como si por vez primera me pusiera de pie. Como olvidando lo aprendido, la propia historia, las limitaciones, los prejuicios, los “saberes” previos. Como si volviera de una amnesia profunda, y redescubriera el mundo inaugurando la mirada. Mirada virgen. Mirada primitiva. Mirada niña. Mirada sin condicionamientos ni normas, sin límites ni prohibiciones.

De a un paso por vez. Me digo y me repito una y otra vez. Romper la propia barrera de los miedos y de todo lo que me enseñaron como correcto, como posible, como acertado e indiscutible. Desovillar el camino de la fe impuesta, de lo que dijeron que tenía que creer, y creí; y volver a ovillar mi propio credo, mi verdadera fe, eso que en lo profundo del alma, aún no pudiendo dar prueba de eso, creo.

De a un paso por vez. Me animo y cedo. Aniquilo mis propias murallas de defensa, procurando que los sueños y los anhelos más profundos recuperen territorio y valor. Absuelvo de la guardia a la prudencia, le doy franco permanente, y a puertas abiertas y sin custodios, doy paso al más variado escuadrón de sentimientos y deseos.

De a un paso por vez. Mi propio sentir se hace palabra, susurro a veces, a veces fuerte grito. Y en fluir lento y tranquilo, se me vuelve costumbre darle nombre a las cosas que se van gestando dentro. La palabra pronunciada, la palabra valiente, la palabra no escondida ni guardada, la palabra que da forma a lo que siento y pienso, y me hace más liviano el equipaje y el camino.

De a un paso por vez. Desterrar para siempre la idea de que lo más importante es la meta, para asumir de una vez y para siempre que lo verdaderamente importante es el paso a paso que va haciendo camino. Ser misericordioso, sobre todo con uno mismo. Perdonarse el error y el infortunio. Perdonarse el fracaso y la ignorancia. Perdonarse el paso atrás y el desconcierto. Perdonarse aún más la reincidencia y el tropezar más de una vez con mismas piedras.

De a un paso por vez. Regalarse la paz. Creerse digno y merecedor de este regalo. Quererse uno como es, con todo lo que se trae encima y dentro. Regalarse el disfrute y la alegría. No sentir culpa alguna por el “egoísmo” de amarse y procurarse felicidad.

De a un paso por vez. Liberar el corazón. Vaciarlo para dejarlo llenar por cosas nuevas. Y volverlo a vaciar… no cortar el circuito. Evitar a cualquier precio congelar el sentir. Silenciar esas voces que en absurdo discurso proclaman que amenaza el amor la libertad, y la búsqueda de nuevos caminos, el sosiego.

De a un paso por vez. Dejar abierta la opción y la posibilidad. No dar nada por hecho, ni acabado. Que el paso a paso diseñe en libertad la ruta y los paisajes. Y de a un paso por vez que se siga escribiendo la vida y la esperanza.

Analía. Feb.06

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