sábado, 31 de mayo de 2008

En camino...

Estoy camino a La Pampa. Viajo a la ordenación diaconal de un amigo.
En este momento acabo de bajar del micro que recorrió los aproximados 500 kilometros desde Mar del Plata. Estoy sola, en una ciudad tranquilísima a la que llego por primera vez.
Aquí estoy a la espera de otro amigo que viene en viaje desde otro punto, y con quien haré el resto de camino hasta llegar a destino.
Mientras espero, salgo a recorrer algunas calles.
Las sensaciones son muchas. Primero decidir para que lado arrancar, ya que no tengo idea de donde estoy parada.
Parece que elegí bien, ya que en el recorrido creo haber atravesado el centro, plazas, algunas pocas personas que se animaron a salir con el frío. La tarde aunque fresca está soleada.
Es extraño caminar sin saber a donde ir. La ciudad se parece a cualquier barrio de la ciudad en la que vivo, pero saber que estoy en lugar extraño me hace sentir especialmente expectante.
No es que haya grandes cosas, el lugar es más que tranquilo. Simplemente, por un momento, me sentí como a veces me pasa en la vida: caminando, sin saber bien pa donde. Reconociendo lugares, buscando parecidos, mirando con libertad las caras de la gente, las miradas (total, acá no me conoce nadie)
Ya voy volviendo a la terminal de omnibus, ya que allí es el punto de encuentro para el recorrido que sigue. De pasada encuentro un cyber, y me dieron ganas de dejar por ahora esto, así como sale. Ya al regreso, les comparto algunas cosas más que traigo adentro.
Hasta entonces! Buen fin de semana y lindo domingo para todos!
Ana

jueves, 22 de mayo de 2008

de La Resistencia (uno más)...

...Todavía podemos aspirar a la grandeza.
Nos pido ese coraje.
Todos, una y otra vez, nos doblegamos.
Pero hay algo que no falla y es la convicción de que –únicamente–
los valores del espíritu
nos pueden salvar
de este terremoto que amenaza la condición humana.


...Tanto más me acosaban las tinieblas del mundo nocturno más me aferraba al universo platónico porque cuanto más grande es el tumulto interior, más nos sentimos inclinados a cerrarnos en algún orden.
Y así, nuestras búsquedas, nuestros proyectos o trabajos nos quitan de ver los rostros que luego se nos aparecen como los verdaderos mensajeros de aquello mismo que buscábamos, siendo a la vez, ellos, las personas a quienes nosotros debiéramos haber acompañado o protegido...

"...Yo había intentado un ascenso,
un refugio de alta montaña cada vez que había sentido dolor,
porque esa montaña era invulnerable;
cada vez que la basura ya era insoportable,
porque esa montaña era límpida;
cada vez que la fugacidad del tiempo me atormentaba,
porque en aquella altura reinaba la eternidad.
Pero el rumor de los hombres había terminado siempre por alcanzarme,
se colaba por los intersticios y subía desde mi propio interior.
Porque el mundo no sólo está afuera sino en lo más recóndito de nuestro corazón.
Y tarde o temprano aquella alta montaña incorruptible
concluye pareciéndonos un triste simulacro, una huida,
porque el mundo del que somos responsables es éste de aquí:
el único que nos hiere con el dolor y la desdicha,
pero también el único que nos da la plenitud de la existencia,
esta sangre, este fuego, este amor, esta espera de la muerte.
El único que nos ofrece un jardín en el crepúsculo,
el roce de la mano que amamos".
(Por hoy con palabras de otros. de La resistencia, de Ernesto Sábato)

miércoles, 14 de mayo de 2008

HeriDaS...


Sin mucha introducción, dejo un poema que no me pertenece pero que puedo tomar prestado en estos días. Y porque la ESPERANZA también se construye desde algunas heridas...más hondas...menos hondas... En fin.

Será que todavía no aprendo a "soltar" relaciones, personas, situaciones; será que me apego demasiado a mi propia ilusión de como debieran darse algunos encuentros o vínculos; será que quizás la lección una y otra vez sea que hay que dar sin esperar (como el canto que dejó estos días un amigo de blog). Prometí no mucha introducción, así que aquí lo dejo:

.
HERIDA

Hoy el dolor es real
en mi cuerpo y en mi espíritu.
Hoy mi herida quiere invadirme,
llenar mi corazón de cansada pesadumbre,
desgarrarme como una multitud a la estampida,
arrinconar todo mi cuerpo.

Este soy yo: un herido.
Acojo toda mi historia de lucha.
Amo a todas las personas que me hirieron
y me reposo con toda mi ambigüedad
que fue tejiendo sus trampas en mi profundo secreto.

Soy amado por ti, Dios de la vida.
Y quieres que viva en mí
todo lo que tú has sembrado.


Con este día que amanece
quiero girar mis ojos
hacia el sol que me levanta
despertando los colores
y rumor de pasos en todos los senderos.


Que la paz del alba
recorra como agua viva
los laberintos de mi secreto.

Ahora, no mañana, ahora

te dejo amanecer y recrearme.
No importa el dolor que nos quede.
Quiero unirme a ti en la búsqueda de la vida,
arriesgarme contigo en la apuesta del camino,
permanecer junto a ti en la paciencia, sumergido.


Más allá de lo que logre descifrar mi secreto,
todo mi misterio está dentro del nido de tus manos,
como una paloma confiada y asustada al mismo tiempo,
a la hora precisa de ser lanzada al aire
para que cree el vuelo, juegue y viva.


Empieza a volar el día.
Aroma de café temprano,
llanto de niños,
saludos breves y estrenados.
Con toda la creación,
amanecen a mis primeros pasos.



Benjamín González Buelta

domingo, 4 de mayo de 2008

SerEnAr...


Acabo de llegar de una semana de vacaciones en Villa Carlos Paz. Fueron días en donde compartir, disfrutar, conocer, contemplar, dejarse sorprender, optar, pensar, SERENAR, descubrir...han sido las constantes.

Podría contarte desde lo meramente turístico, y sería lindo hacerlo ya que los espacios que hemos conocido y los paisajes que hemos podido contemplar han sido hermosísimos...

Podría contarte desde lo afectivo, y sería más que lindo hacerlo ya que viajé con las dos personitas más importantes de mi vida que son mis dos hijas, y con dos amigas a las que quiero mucho, y con las que ha sido genial compartir esta semana...

Podría decirte desde lo "social" que la experiencia también ha sido muy valiosa en cuanto hemos compartido espacios, viaje, excursiones, momentos, con otras 45 personas (desconocidas hasta ahí) que tuvieron la misma idea que nosotras de viajar en estos días...

Pero prefiero contarte desde otro lugar. Que lo anecdótico sea simple puente para que viajes conmigo en lo que esta experiencia deja como "vitamina para el alma" para los días que siguen.

Mi compañera de asiento, una señora de 81 años que viajaba sola.
Imaginé que no tendría de que hablarle. Toda la paciencia que suelo tener con los niños chiquitos, no la tengo con las personas muy mayores. Y aunque me avergüence decirlo, confieso que me sentí desilusionada al encontrarme allí a mi compañera.
Afortunadamente, todo mi prejuicio quedó atrás, y me di la oportunidad de conocer a María (así se llama) escucharla decir que a pesar de la soledad que siente porque perdió a su esposo hace 4 años "y siempre viajábamos juntos", tiene tantas ganas de vivir y disfrutar, de "no quedarse" (como me dijo), de "VIVIR la VIDA que se le regaló".
Tomamos unos mates, conversamos un buen rato; mientras ella dormía horas después, dí gracias a Dios por haberme hecho escuchar esta historia, y haber visto y oído, tanto deseo de disfrutar la VIDA... (pensar que a veces me quejo).



De los lugares visitados, algunos me gustaron especialmente: Las 7 cascadas en La Falda es uno de esos lugares. Fuimos con las nenas y una de mis amigas en micro. Con los nervios de viajar sin saber bien cómo llegar, cómo sería el lugar, el tiempo que parecía no estar de nuestro lado. La cuestión es que teníamos que tomar una decisión (a pesar de esos pequeños temores e incertidumbres). Lo hicimos, y llegamos. De repente abrió el sol, y se nos regaló una tarde bellísima en un lugar realmente hermoso.


Allí hicimos un ejercicio que me gusta hacer en algunas situaciones y lugares. Un ejercicio para tratar de atrapar el momento presente y nada más. Contemplar...estar ahí plenamente. La idea era elegir un lugar en medio de tanta maravilla, y en silencio, tratar de quedarse con todo el impacto de eso que mirábamos (aromas, colores, sonidos, sensaciones...) No hablamos de eso después. Cada una captó lo que quiso. Cada una se guardó para sí ese instante. Sentí que Dios estaba ahí tan claro, tan cerca, tan real, tan en unidad conmigo, con cada uno de los que estábamos ahí, concientes o no de ello. Y algunas cosas, como siempre pasa, se re-dimensionaron otra vez después de esto. Un silencio de palabras muy hondo por un ratito. Un silencio plenamente "hablador" a la vez.

De los afectos, solo esto.
Pensaba en que pocas veces me regalo la posibilidad de disfrutar de manera especial los tiempos con mis hijas. ¡Que necesario se hace tomarse este rato, fuera y lejos de todo lo cotidiano!¡Que refrescante y revitalizante puede ser regalarse estos espacios y estos tiempos!
Y con los amigos. Esta vez tuve la alegría de compartirlo también con dos amigas; alguna con los ánimos medio cachuzos, otra acompañando y animando desde el cariño cercano y concreto.

Por sobre todas las cosas ha sido tiempo de SERENAR. Así lo creo. Serenar el cuerpo, desacelerarse de todas las corridas cotidianas. SERENAR los ánimos, que a veces por cansancio, por no poder tomar algo de distancia de situaciones que nos sobrepasan, o por pura locura personal que uno carga, esto suele hacerse difícil. SERENAR el corazón, incluso a pesar de los dolores que cada uno puede tener dentro o de lo revolucionado que pueda estar el corazón, permitirse creer que todo, por árido, por sin sentido, por duro que parezca... puede esconder vida y sentido. Como esta flor silvestre y frágil, que descubrí en medio de las sierras... Misterio de vida que se esconde en donde no esperamos que suceda nada.

Veremos cuánto me dura, pero ni siquiera será lo importante.
Creo que lo escencial será en adelante no perder de vista estos pequeños "oasis" en donde volver a cargar pilas frente a lo que tenemos que afrontar, este Dios escondido en alguna vuelta del camino, diciendonos de mil formas: "ESTOY CON VOS".
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