domingo, 9 de noviembre de 2014

Soy mamá.

Es quizás el regalo más hermoso que se puede recibir en la vida: la VIDA misma gestándose dentro, la vida que se "da a luz" (me encanta particularmente esta expresión), la vida que se "bienrecibe", la vida que crece y se abre dentro, y luego al lado de la nuestra.  
Es uno de esos regalos que nunca se nos terminan de dar del todo. Uno sabe que no podrá apropiárselo, finalmente, más pronto o más tarde, debe abrir las manos y soltar. Así es con los hijos, y ahora entiendo más que nunca aquello de "tus hijos no son tus hijos, son hijos e hijas de la vida...". Me resultó más comprensible experimentarlo como hija, advertir que no podría de ninguna manera vivir la vida que mis padres quisieron o desearon o desearían que hubiera vivido yo. Sus expectativas muchas veces no habrán coincidido con mis sueños o mis fracasos. Quizás mi manera de ser no se corresponde con la que ellos quisieron o intentaron moldear. 
Me hago preguntas como madre, que inevitablemente pasan también por mi corazón y mi experiencia de hija.
Y es que creo que no hay otra escuela para padres que no sea la propia vivencia, recuerdo, experiencia que se graba en nosotros al ser hij@s; solo que se nos olvida, y nos obliga luego a estar muy atentos, a volver a las profundidades del corazón y bucear en aquellas experiencias de amor, de cuidado, de esperas, de paciencias medidas de mil modos, de preocupaciones, de limites, de decepciones, de tironeos...y tanto más.
Mi casa en poco tiempo, pasó de estar habitada por mis dos niñas y por mí, a estar habitada por dos mujercitas y por mí. Debo decir que a veces no es fácil. Que los insomnios de los primeros tiempos de sus vidas, comparados a los que a veces me provoca su adolescencia explotando (literal) por todos lados, me resultan en el recuerdo, ahora, pequeñeces.
Hay mucho por aprender, por renunciar, por aceptar, por agradecer, y por ofrecer. Hoy, y porque es lo que el corazón está dictando, voy a guardar solo una palabra: gratuidad.

No importa cuanto uno haya hecho o dejado de hacer, a los hijos siempre les/nos resulta insuficiente. 
No importa cuanto deseo de cuidar y proteger hayamos tenido como padres o podamos reconocer en los nuestros, es claro que nunca serán suficientes los intentos de salvaguardar del peligro, de evitar los sufrimientos, de rescatar de cosas que dejan huellas de dolor para toda la vida. 
No importa la cantidad de advertencias-consejos porque llega un momento en el que los pasos empiezan a abrirse por caminos distintos, un tiempo en el que se reclama independencia, que se pide separación, y cada quien empieza a decirse a sí mismo su propia verdad , la verdad de "quien es" en el mundo.
No importan las horas sin dormir, las veces con el corazón en la garganta frente a una enfermedad, una situación difícil.
No importa que lo hayamos hecho solos, sin compañero en quien apoyarnos y con quién compartir la responsabilidad de toda la crianza. 
Y no importa cuánto sintamos que dimos, cuánto creamos que nos merecemos, cuánto nos parezca que nuestros hijos debieran reconocernos. No es por ahí. Ser mamá es educar el corazón en una escuela de gratuidad increíblemente hermosa, aunque a veces sea dolorosa también. Dar a luz,cada día de la vida de nuestros hijos. Volver a poner el cuerpo, el alma entera, el corazón expuesto a los dolores de parto una y otra vez. Nuestra misión es dar a luz, pujar hacia la vida. Gratis. 
Agradecer, aceptar un regalo que no nos pertenece del todo, hacer lo mejor que nos sale del corazón, y no esperar nada a cambio. Aunque la ingratitud sea muchas veces la paga, y aunque pueda parecer injusto  a nuestro corazón mezquino y apegado, dar con gratuidad y amar de esa manera, es el camino. 


martes, 14 de octubre de 2014

Salida...



Hace poco leía que de ciertos "pozos" se sale para abajo. 
Aún cuando todo indique que habría que volver al punto de salida, hay profundidades de las que no se emerge así no más, y de las que la única salida parecería ser aceptar la caída, el no control. 
Tiempo de dejarse caer hasta el fondo, hasta que un tope indique que ya está, que no hay más abajo posible, que en profundidad y oscuridad, en soledad y desazón, ya no hay manera de caer más hondo.
No es acogedor, no es deseable, es doloroso.. No es una cuestión de voluntades, ni de opciones ahora.
Solo caer, no ofrecer resistencia. 

jueves, 9 de octubre de 2014

Huellas



En el recorrido de la vida, en el tiempo y también en los distintos espacios en los que vamos viviendo, son muchas las experiencias y las personas que van dejando huella en el corazón. Sobre todo estas últimas, personas que nos regalan huellas vivas, algo distinto a recuerdos o anécdotas. 

Huellas que una y otra vez vuelven a marcarse en el alma, y dan cuenta de un paso a veces silencioso, otras veces con toda la intención de hacernos ver que caminan tan cerca, que están ahí, dentro, que nos cuidan y quieren, que no nos dejan solos.

Estamos llenos de bienvenidas y despedidas, de encuentros, de abrazos, de miradas que salvan, de mimos, de detalles; y también de desencuentros, de soledades, de no cuidados, de egoísmos, de olvidos. 

Todo hace al camino, al movimiento en el que el corazón crece, se expande, aprende, desaprende, re-aprende y experimenta libertad. 

Más que el mismísimo aire que respiro, cuando esas huellitas irrumpen en medio de mi día, me traen VIDA en manantiales de alegría y cariño. Y me siento feliz. Me sé mirada con ternura, desde cualquier lugar del planeta. 

Siempre me representan sorpresa y regalo. Sorpresa no porque no sepa por anticipado que están ahí, tan cerca, sino por lo oportunísimas que pueden ser las más de las veces las huellas más visibles. Y… ¡regalo! me sé “obsequiada” en grande con la presencia incondicional de personas que sostienen mi alegría y mi vida, aceptando que soy como soy, queriéndome así, compartiendo conmigo su camino, dejándome pasar por su vida y su alma dejando mis propias marcas de cariño y amistad.



sábado, 4 de octubre de 2014

BiEnVeNiDaS siempre al corazón!!

A los 20 años tuve el regalo de trabajar en un lugar que me marcó el corazón para siempre; y cada vez que alguna cosa moviliza de manera especial aquel recuerdo siento una alegría difícil de explicar.
Trabajé en un Hogar de nenas que por distintas razones no podían en ese momento vivir en sus casas, con sus familias. 
Siento que cada nombre, cada una de esas nenas hoy ya mujeres, quedaron grabadas en mi corazón con letras doradas. 
Gracias a las redes sociales tenemos la posibilidad de reencontrarnos, y cada vez que "aparece" alguna siento dentro una sensación de bienvenida, de alegría, parecida a la que se siente cuando alguien vuelve a casa después de una larga ausencia.

Me preguntan: -"¿se acuerda de mí?"... y no solo que me acuerdo sino que celebro el recuerdo, celebro el regreso, celebro un cariño que no se va a diluir nunca porque cada una forma parte de mi corazón y de mi vida.


Antonella, Claudia, Silvia, Sole, Katia, Carina, Leonor, Claudia, Laurita, Johana, Yamila, Pato, Jesica, Noemí, Vanesa R, Vanesa Q., Debora, Jaqui, Laura, Yiyo, Guada, Erica, Andrea, Sandra, Cintia, Susana, Andrea, Noelia, Sandra O., Celeste, Lidia, Gloria, Paola B, Vanesa B, Natalia, Maria de los Angeles, Liliana, Lorena C., Lorena F., Andrea Verónica, Sabrina, Luján, Andrea L., Vero L, Ayelén, Maira, Mailén, Yésica I., Luz, Yamila, Paola, Ailén, Fiorella, Joela, Oriana, María Luján, Sandra G, Laura G, Lourdes, Sandra C, Margarita, Estela, Soledad T. Soledad F, Romina...








domingo, 28 de septiembre de 2014

El ♥ lleno de nombres...

En lo cotidiano encuentro miradas que esperan de mí, que reclaman, buscan, “necesitan”. A veces me sorprende desde dentro una señal de alarma que me dice que es momento de desacelerar los pasos, dejar de lado lo urgente, lo que “tengo” que hacer, lo que había planificado; para dejarme encontrar por esos ojos que piden descansarse en los míos. Como si de pronto “despertara” en medio del día, y tuviera por un momento la capacidad-posibilidad de advertir que todo cuanto está aconteciendo alrededor, es MILAGRO.
¡Lo disfruto plenamente! Como si todo el día cobrara sentido a partir de esos encuentros. 

Ahora, en este mismo instante, viene a la memoria una frase de Pedro Casaldáliga:

«Al final del camino me dirán: -¿Has vivido? ¿Has amado? Y yo, sin decir nada, abriré el corazón lleno de nombres» 

Y ahora cambio camino por día, y lo vuelvo a leer: 

 Al final del DIA me dirán: “Ana, ¿has vivido? ¿Has amado?” y yo sin decir nada... 

¿Qué diré?

¿Diré el listado de deberes bien cumplidos, o de lo no hecho todavía?
¿Daré mis excusas por el tiempo que no alcanza, por la falta de ayuda de los que estaban conmigo?
¿Diré que no estaba lista? ¿Me esconderé en mis límites?
¿Diré que no es justo, pediré prorroga para enfocarme mejor si hubiera más tiempo?
¿Diré mis distracciones, mis cansancios, mis olvidos?

¿Qué diré?

Ojalá al fin del día, de cada día, mi corazón esté lleno de nombres, mis ojos llenos de miradas. Y pueda así, quizás sin decir nada...abrir el corazón entero y descubrir que está lleno de vida entrelazada y compartida en lo pequeño.

Al final del día, del camino, de la vida entera... será lo que en verdad cuente.





domingo, 21 de septiembre de 2014

ME BASTA UN SUEÑO

Para andar, para esperar, para seguir construyendo, 
para no perder la paz y la alegría...

Esperanza, ilusiones, sueños... todo parece salirse de la misma bolsa de palabras. 
En medio de un diálogo que solo quedará escrito en el alma, y atesorando una promesa que probablemente no vaya a tener oportunidad de cumplirse, se escribieron solas estas cuatro palabras: ME BASTA UN SUEÑO.
Me sorprendí a mi misma con esa declaración mínima que por dentro se me hizo gigante. Y en eco repetido me persigue afortunadamente estos días frente a muchas situaciones bien diferentes que se constituyen en escenario de mi cotidiano externo e interno.
Un sueño que no me distancia de mis pies en la tierra, de mi percepción de lo real, que no me distrae demasiado de lo que ahora mismo atravieso. Y al mismo tiempo, porque es esta la magia del sueño, el corazón va lejos, adelantado, adelantando, despegado casi casi de mí misma.
No hay lugar para todo lo que amenaza desánimo. Mi corazón está a salvo, el resto de mí no sé, pero el corazón sí. Y ahí es donde se guarda el tesoro, nadie tiene el poder de quitarme un sueño.
Me basta un sueño para respirar. 

jueves, 11 de septiembre de 2014

Celebrar la vocación, el recuerdo y el camino.

En Argentina hoy festejamos el día del maestro. Alguien publicó en facebook foto con su primera maestra y me abrió mis propios recuerdos. 
Las de las fotos que comparto no fueron mis primeras "seños" pero sí fueron las primeras que recuerdo de manera especial. Mi maestra de sala de 4 y mi señorita de 3er grado. De la seño Mercedes, de jardín, aunque el recuerdo en situación no es el más "agradable", hoy mismo pude darme cuenta de su dulzura. Cierro los ojos y puedo a volver a la escena de ese día: veo a la maestra mucho más grande y alta de lo que en verdad parece que era, ella preguntando "quién se hizo caca", no sé que habré pensado y con qué palabras exactas, solo recuerdo que no quería que me "descubriera". 
Lo hizo, toda maestra descubre a la corta o a la larga quién fue,,,,jeje. Lo que recuerdo después de eso, en ese momento que ninguna maestra desea encontrar, es su dulzura. Como si fuera un gran gusto para ella acompañarme en esa situación. 
Mi maestra me quería. No hubiera sido capaz de abandonarme ese "desgraciado día"...y ayyyy que es el ÚNICO QUE RECUERDO de mi paso por el jardín de infantes...



La segunda maestra que recuerdo con un sincero y profundo amor, fue mi maestra de 3er grado, la señorita Herminia. 
Siempre fui muy tímida, con el tiempo fui encontrando mis herramientas para superar esto, pero en aquel tiempo todavía no podía manejarlo. Recuerdo a esta maestra y lo que siento muy dentro es el gran cariño hacia ella y una especie de admiración silenciosa que ella me despertaba. Fue mi primera maestra de quien puedo decir que su palabra era para mí "palabra santa". Si ella lo decía... era! Mi señorita de los dibujitos de 5 renglones y no más; de las tablas recitadas de corrido casi sin respiro, mi señorita que me hizo sentir orgullo por un ¡10! en tablas... 
Mi señorita Herminia que me supo VER. Y esto último es lo que ahora mismo me emociona de solo recordar. Situación de exámen final. Hay un ejercicio que no me sale, y lloro sola en el banco. Intento esconderme detrás de mi compañera de adelante, no quiero que mi maestra me descubra. Y otra vez, claro que no iba a ser de otra manera, mi señorita amada ME DESCUBRE., me llama, y con una ternura que nunca voy a olvidar me dice casi al oído: "¿qué pasa petiza, por qué llorás?" Le cuento que "no me sale"...y después de devolverme a la calma me lo explica para que nunca más olvide la lección: SIEMPRE HAY ALGUIEN PARA AYUDAR CUANDO SOLOS NO PODEMOS. 


Ahora mismo mientras escribo me doy cuenta que en el corazón del recuerdo aparece casi sin querer la misma connotación: una MAESTRA que me DESCUBRE con tanto amor, que transforma lo feo o lo malo en un gesto inolvidable de ternura.
Ojalá pueda ahora que estoy del otro lado, mirar como ellas me miraron, DESCUBRIR a aquel que "nadie vio" de manera especial y regalarle esas miradas de amor. 

FELIZ DIA DEL MAESTRO para mis compañer@s de trabajo, para mis amigas maestras, para mis maest@s de la vida, para todos los educadores de vocación y corazón!!

miércoles, 3 de septiembre de 2014

Tener dónde volver...

“Tu casa es donde estás verdaderamente a salvo. Es donde puedes recibir lo que deseas”. (H. Nouwen - La voz interior del Amor)

En el corazón de cada persona hay una fuerza intrínseca para el bien, la verdad y el amor. Algunas veces el corazón atraviesa desiertos, oscuridades, confusiones que le hacen perder horizonte, que lo alejan de lo que en él hay de más auténtico. Toma distancia, se pierde, se dispersa. 
Muy dentro, una tensión vital enciende alarmas que le devuelven deseo de camino, lo invitan a emprender el regreso. 

Solo regresa quién tiene donde volver.


Ahora pienso en las personas que han dibujado en miradas, en palabras, en vínculos profundos y sinceros, mis caminos de regreso. Quiénes han sido para mí portadores de valor, me han hecho sentir amada por lo que soy, no se han escandalizado de mis pasos mal dados. Pienso en quienes se han mantenido a distancia prudencial para dejarme caminar a mi manera, retomar la marcha y enderezar el rumbo, sin intentar caminar por mí. Ellos encendieron las luces de mi casa, y esperaron confiados a que volviera. Creyeron en mí, con una paciencia y un cariño infinitos. 




¡Volver siempre nos llena el alma de bienvenida! No hay mejor camino que “volver a casa”, volver a centrar la vida en aquello que de verdad somos, recuperar nuestro nombre, sabernos convocados a ser enteros allí donde estamos, unificados, reconstruidos, en fidelidad a TODO nuestro ser.


domingo, 24 de agosto de 2014

PARA LA GUERRA NADA

Hoy quiero compartir en este espacio una idea de Marta Gómez, una cantautora de un corazón hermoso como su arte, que abrió una posibilidad: un canto que se va construyendo entre muchos, las ideas de muchos, el latido de tantos, de diferentes países, sumando mil motivaciones para la alegría y la paz, y PARA LA GUERRA NADA.

Comparto textual lo que hay en la página y uno de los 2 videos que ya están en you tube:






¡Cuánta creatividad desperdiciada hay en una guerra!

¡Cuántos cerebros trabajan sin descanso para inventarse un instrumento que sea más veloz, más eficaz, más potente!

¡Cuán distinto sería el mundo si sólo se usara nuestra imaginación para crear cosas que nos hicieran más felices!

Hoy he invitado a amigos artistas de todas partes, a cantarle a la vida y a decirle, a gritarle, a cantarle al mundo que no queremos ser parte de esta guerra ni de ninguna otra, nunca más. Empecé con un verso y a ese verso se le fueron sumando otros y luego otros y así, nuestras voces se hacen fuertes y cantan a coro “para la guerra, nada.”

Marta Gómez


martes, 19 de agosto de 2014

ObedecerLe a la Vida


Sorpresa y novedad parecen ser las "maestras" de esta parte del camino.
Me siento atenta, alerta, expectante. 
Es tiempo de cambiar el ritmo de los pasos, respirar más hondo, acallar los ruidos y las palabras para poder ESCUCHAR.
Abandonar el control. Soltar los mapas. Aventurarse a vivir con ojos nuevos.
Perder seguridad. Desconocer lo que viene y no temer. Dejar de medirlo todo. Caminar. Ser uno mismo. 
Vaciarse de razonamientos y explicaciones. 
Re-aprender a disfrutar del andar. Reír. Celebrar. Agradecer. 
Sentirse desafiado a una alegría más profunda, invitado a crecer en libertad, animado a la esperanza, llamado a una Obediencia mayor que mucho tiene que ver con Vivir una vida que valga la pena ser vivida.

domingo, 3 de agosto de 2014

Encrucijadas del camino...

Las encrucijadas del camino nos ponen de cara a decisiones que tenemos que enfrentar y asumir.
Tengo maestría en elegir el camino equivocado, aunque la buena noticia para mí siempre ha sido que pasos más adelante se me han abierto regresos al buen rumbo; y mejor noticia es que finalmente creo haber aprendido algo.

Algunas veces tengo la impresión de que los caminos son circulares. Uno vuelve una y otra vez a parecido paisaje para, en una de esas vueltas, aprender lo que debía aprender.

Hay caminos en el cruce que se presentan tentadores, al menos en relación a la perspectiva que traíamos. Uno siente casi un impulso por saltar sin más hacia ellos, traer un poco de novedad, de aventura, de movimiento. 

Es ahí donde uno debe descargar el equipaje, despojarse de todo el peso que viene trayendo en la espalda o dentro, tomarse un tiempo en calma, serenar los sentimientos, y recordarse a dónde estaba yendo, qué caminos lo llevan a ese lugar, y si vale la pena cambiar el rumbo. 

Aquí es momento de ser muy cauto, muy verdadero, no seguir espejismos

Para algunos la encrucijada se presenta como oportunidad de cambio, de seguir impulsos del corazón, de sentirse abismado a situaciones y sensaciones que hace tiempo no tenía. Para otros es la oportunidad de una mayor fidelidad a la vida que se quiere vivir, aunque parezca poco novedosa, demasiado predecible, hasta aburrida.

Unos y otros conviven dentro nuestro. Es necesario hacerlos dialogar, recordar, evaluar, razonar, sentir juntos; para que la decisión que al fin se aborde, lo lleve a uno TODO ENTERO por el camino que elija. Y poder entonces asumir el camino, hacerse cargo.

Y después de decidir, entonces sí:  retomar la marcha, tranquilo, hacia adelante, con la mirada en alto y disfrutando a plena luz del regalo que se nos da.  Perder de vista de una vez  la otra posibilidad que se nos presentaba, dejarla atrás, no era para nosotros. TODO no se puede. Elegir es renunciar. Y a veces renunciar es el mejor camino.

Si uno siente paz dentro, es que seguro eligió bien.





Levantar la mirada II...


Lo que sé de la experiencia de correr en una maratón es que se trata más de una batalla de superación personal, que de una carrera contra otros. Se trata de correr, de seguir, de llegar a la meta -sin importar si se llega primero o último-, de seguir a pesar de los cansancios y de que parezca que no se puede más. Se trata de haberse preparado y de ponerse a prueba para siempre aprender, para nunca dejar de intentar, para ser conscientes de nuestra limitación pero sobre todo de nuestra posibilidad. Se trata de poder tomar decisiones, a veces de improvisar frente a lo que no habíamos tenido en cuenta, frente a lo que va aconteciendo fuera de los planes. De saber ir graduando las energías y el esfuerzo. Se trata de que el cuerpo despliegue su energía y toda la coordinación posible. Se trata, quizás con más intensidad, de que la mente no se distraiga con recuerdos de otras carreras ni con la ansiedad por saber que sucederá en los tramos que siguen. Se trata de un movimiento apasionado por ir hacia adelante, por no rendirse, por ponerle mucho corazón.

Uno no corre solo, aunque parezca.
El arsenal de recursos personales con el que se llega a la pista no sería suficiente sin el aliento de familia, amigos, aficionados, curiosos que desde el costado de la pista aplauden y apoyan los propios pasos.
Uno no corre solo. 
No transita solo el camino.
No atraviesa solo la prueba.

Levantar la mirada es mi propia maratón. Hasta el último día de mi vida será así. 
Sé que muchas veces diré "no puedo más y aquí me quedo", e iré delante a fuerza del coraje que seguirá regalándome mi "equipo de apoyo".
Sé que para algunos, yo misma puedo ser parte de ese equipo que acompaña para que no abandonen, para poder espejarles su valor, para recordarles que SÍ PUEDEN.
Sé que vale la pena seguir, aunque a veces tocan tramos más complicados, en pendiente, en terreno difícil; sé que valdrá la pena continuar aunque la tentación del sinsentido llegue en algunas etapas; sé que han valido la pena las caídas, las fatigas, la soledad experimentada algunas veces.
Sigo andando, gracias  a los que van esperanzando mis pasos, a los que me recuerdan de mil modos, que no vale la pena darse por vencido.
Respiro hondo.
Sigo..................................................................................................







sábado, 2 de agosto de 2014

Levantar la mirada


Me caigo, duelo, me quejo,
lamento, rabio, lloro;
traiciono.


Lastimo, agredo, distancio,
pierdo, rasgo, desluzco,
renuncio.


Desespero, hundo, tiemblo,
lloro de nuevo, silencio,
paro.


Pienso, busco, sereno,
respiro, descanso, recupero,
sano.


Siento, salgo, aireo,
enternezco, recibo, abrazo,
recreo.


Vivo, conecto, escribo,
canto, camino, reparo,
sonrío.


Escucho, unifico, estoy,
recupero, rezo, soy,
levanto 
                          ...la mirada.








domingo, 27 de julio de 2014

Gracias por la vida compartida!


Hoy el BLOG cumple 7 años de VIDA 
No tenía idea al comienzo de lo que iba a significar este espacio y mis palabras soltadas sin pudor en estas "páginas" en blanco. 
Venía de un tiempo doloroso, difícil. No era precisamente una temporada de mirada muy en alto, ni de una "esperanza demencial"; pero sí desde dentro experimentaba una fuerte necesidad de esperanza y de restauración. 
Empecé por poner palabras a ese deseo. No sabía o no era del todo consciente del alcance de un blog, de un espacio virtual. Solía ser visitante silenciosa de otros espacios, y en unos pocos, a veces, me animaba a comentar. No pensaba en quién leía, solo buscaba expresarme, hacer el ejercicio de tejer desde el alma con las palabras que pudiera, mis latidos. 

Mi amigo del alma sin saberlo me dio una inspiración. En una carta compartida desde su misión de entonces, hacía referencia a la "esperanza que construye mientras espera"; y también, la invitación a "levantar la mirada". 
Dos claves que desde entonces me acompañan. A veces como susurros suaves que me animan a seguir en el camino que voy, otras veces como una voz un poco más fuerte para recordarme que no debo perder la esperanza, o para re-orientarme si me distraigo de la vida, o incluso para hacerme recuperar dignidad si voy con los ojos en el suelo olvidando de Quien soy hij@ amad@.

En el camino este blog se fue entramando con otros espacios, con personas, con vidas. 
En 7 años uno vive muchas cosas, puede cambiar lo que pensaba, serenar sentires, abrir otras ventanas. Siete años de blog se vuelven regalo para mí, ojalá que también para otros.
Regalo porque son posibilidad de releer mi historia desde las palabras que fueron espejando por donde iba el corazón: las alegrías, los enojos, las ilusiones, los encuentros, las despedidas, las búsquedas, los silencios, la fe, las personas

Gozo especialmente de mis entradas "dedicadas", siento que es un modo especial de celebrar el camino con aquellos que me animan a vivir bien, a ser mejor persona, a mirar más limpio. 

Hace unos días, el mismo amigo/hermano querido que fue inspiración al título, y que está tan presente en este espacio, decía en un espacio comunitario que era muy lindo ser testigo de que "vamos creciendo juntos". Y en silencio, mientras lo escuchaba, sentí que mi corazón aplaudía esa constatación, esas palabras. Si se pudiera poner un tercer título en algún lugar del blog, HOY sería: "como testigos de que vamos creciendo juntos".

Creo que todos necesitamos esperanzarnos, hacernos ese regalo mutuamente, sobre todo cuando las cosas parecen más turbias, más cerradas, con menos ilusión; unir nuestras esperanzas sin mezquindad, aportar algo aunque parezca mínimo...casi nada.

Me siento muy agradecida, especialmente, por las personas con las que mi vida se va entretejiendo, y que embellecen lo mío con su propia vida, que me reciben y quieren como soy, que encienden con pequeños gestos mis ganas de seguir creyendo en las personas, en los procesos, en los tiempos de espera. 
Gracias a quienes acogen lo mío con ternura y se vuelven auténticos compañeros de camino. Gracias a los que alguna vez me hacen saber que se sienten en algún punto sintonizando con mis palabras, o que les ayuda en algo lo que expreso. Gracias a quienes se han animado a dar un paso más y salir del anonimato y compartir lo propio.Y GRACIAS a Dios por regalarme la posibilidad de decir, de disfrutar de esto, de hacer fiesta en el alma hoy por la vida compartida.

Siete años... las "bodas de LANA"....jeje
Las bodas de lana son sin lugar a dudas invitación clara a seguir entretejiendo vida, esperanza, sueños, plegarias, pasos. En la certeza de que en esto no estamos haciendo nada "solos". El verdadero Tejedor tiene mirada de todo el diseño, uno es un hilito no más; pero un hilito que puede aportar color y belleza a la trama final.
Ese quiere ser mi compromiso y mi intento renovado en este cumpleaños. Ese mi deseo tres veces dicho con los ojos cerrados a punto de soplar las velitas. 
Nos invito y nos animo.
Feliz cumpleaños a todos los que participan "visibles" o "invisibles" de este lugar!!

sábado, 19 de julio de 2014

AMIGOS


(Podría escribir sus nombres esta vez, pero voy a hablar de ellos no hablando solo de ellos, y entonces prefiero guardar algo más que solo nombres. 
Sé que si pasaran por acá, podrían reconocerse entre mis letras, así que los nombro para adentro mientras pido a Tata Dios que los bendiga especialmente, y le doy gracias por tanto regalo de camino.)

Cuando la tristeza me ganaba el corazón, y mis pedidos de auxilio eran desesperados, cuando no podía mirar más allá de algún pozo, cuando solo podía apacentarse mi impaciencia con cariño…

Cuando alguna encrucijada del camino me acobardaba demasiado, y me hacía irremediablemente ir para atrás a riesgo de perderme, cuando no encontraba la salida y mi encierro solamente podía ser contrarrestado con confianza…

Cuando abulia y desgano eran fuertes potencias, cuando el sinsentido parecía el único sentido, cuando ese adormecerse frente a la vida solo podía ser despertado con ternura…

Cuando la desesperación y alguna bronca se hospedaban en mí, cuando el enojo me hacía fruncir ceño y corazón, cuando mi puro gesto de defensa necesitó ablandarse con escucha…

Cuando el dolor me traspasó la historia, cuando la noche parecía interminable, cuando el silencio de la no respuesta y la “injusticia” era tan insoportable que solo un abrazo sincero y cercano podía ser descanso…

Cuando la soledad se hizo temible, y parecía que ya no habría manera de volver a celebrar en el camino, cuando cada paso carecía de sentido a mis ojos, cuando no había manera de mirar más lejos a menos que alguien viniera a recordarme que era necesario levantar la mirada…

Cuando fue empezar de nuevo después de los fracasos, cuando necesité reconocerme nuevamente capaz para el camino, cuando la desconfianza hacia mí misma encontró algún eco cerca diciendo en convencido acto de fe “vos podés”…

Cuando mi imagen estaba tan distorsionada que ya no podía reconocerme a mí misma, cuando mi identidad era solo un listado de errores y debilidades personales, cuando no podía mirar a los ojos y era necesario un espejo verdadero que pudiera devolverme en reflejo también mis cosas valiosas…
Y también…

Cuando la alegría fue tanta que el corazón se me saltaba del pecho y necesitaba compartir, cuando hubo un otro cercano celebrando conmigo y uniéndose a mi fiesta…

Cuando el perdón se hizo regalo, cuando las defensas se fueron diluyendo y pude salir de mí misma a encontrarme con otros…

Cuando pude constatar la mirada de esperanza en la presencia inamovible de ese amigo, una paciencia y una confianza a prueba de todo…

Cuando la vida me sonríe y tengo ganas de cambiar el mundo empezando por mí…

Cuando los ojos miraron adelante con serena confianza y  escuché en claro aliento la voz cálida y única de quien me conoce, me cuida, y me quiere como soy…

Cuando soñé chiquito o cuando soñé a lo grande, y pude sentirme comprendida, acompañada, alentada …

Cuando el silencio, cuando la canción, cuando la necesidad, cuando lo gratuito, cuando la alegría, cuando algún pesar, cuando el desafío, cuando el descanso, cuando la rutina, cuando la sorpresa, cuando la verdad, cuando lo secreto, cuando hubo rumbo, cuando todo fue confuso…

Ahí han estado SIEMPRE unos compañeros de camino tan maravillosamente valiosos que casi me parece mentira que pueda haber sido “merecedora inmerecidamente” de tanto, tanto, tanto REGALO.

Cuando pienso en estos compañeros de camino que se me ha regalado conocer y compartir; se me conmueve el corazón con una alegría tan inmensa que difícilmente podría decir en palabras. 
Si el corazón hablara, sé que solo podría repetir una y otra vez, GRACIAS..GRACIAS…GRACIAS!

miércoles, 16 de julio de 2014

del ser descubiertos, mirados, y llamados a la luz.


Se cubre con sus manitos, los ojos, y pregunta: "-¿dónde está Sofía?"
Sabe que la vemos, que la estamos mirando ahora. Toda ella está al descubierto pero piensa que si cubre sus ojos somos nosotros quienes no podemos verla.
Los ojos cerrados y tapados con sus manos, la hacen sentir lo suficientemente oculta. 

Entonces insiste: "¿Dónde está Sofía?". Porque no le basta con saberse mirada, necesita sentirse buscada. 

Ahora digo fuerte, alrededor de ella: "¿Sofía, donde estás?", se esfuerza por no moverse, se adivina una sonrisa nerviosa apenas escondida debajo de sus manos. 
Me acerco, y le rozo apenas el flequillo... "dónde estará Sofía" digo para que me escuche, insisto "dónde se habrá metido Sofía".  
Cada vez que la nombro sus manos están a punto de caer y devolverla a la luz.

Hasta que al fin... se destapa la cara, abre los ojos y dice con voz fuerte y alegre "acá está Sofía". Aplausos, alegría, abrazo y foto.

Fin del juego.


¡Gracias Sofía! En mi propio juego muchas veces ha habido algún otro que me ha llamado por mi nombre, que me ha mirado, y que se ha asegurado de que me supiera "buscada-mirada". Que me ha seguido el juego, que me ha esperado con paciencia de dioses, que no se ha movido de mi lado hasta que al fin decidiera o pudiera quitarme las vendas/manos (historias-pesadumbres-complejos-desilusiones...) de los ojos. Me han repetido de muchos modos, con otras palabras seguramente, pero con mismísima insistencia mi nombre y he sentido en sus maneras de nombrarme el deseo de encontrarme. 
He pasado de la inmovilidad de mis miedos y penas, a la tranquilidad que me regalaban las voces amigas que me llamaban a salir de la guarida.
Tu juego inocente, espontáneo, simple, me revela algo lindo y hondo: que fácil es dejarse encontrar, salir a la luz, cuando sabemos que hay alguien ahí mirando-buscándonos, esperando por nosotros, con nosotros, al lado nuestro para hacer fiesta. 
Ser encontrados para volver a ver. 

de GESTOS que salvan...

Irrumpís con sorpresa, 
con detalles increíblemente delicados, 
oportunos, hermosos. 
En el momento que no espero, 
y cuando más lo necesito. 
Una y otra vez en estos días, 
una y otra vez...

Qué maneras de decirme 
que estoy en Tus manos, 
que estás sosteniendo 
mi fragilidad completa, 
mis sentires poco felices de estos días. 

Qué manera de ponerme en imposibilidad 
de dudar de que estás en camino, 
conmigo, 
de que vamos juntos.

Aunque la cabeza me dice que voy sola 
y parezca que no te encuentro 
en ninguna parte, 
me cercás el corazón 
de un modo tan tierno y tan cuidadoso, 
que siento que puedo bajar la guardia, 
abrir el alma, descansar-me en Vos.
 
Señor de mi descanso, 
Señor de la infalible calma 
en mis tormentas, 
Señor de la alegría... 
CREO en Vos.


sábado, 12 de julio de 2014

Cuidar el alma...

Ahora pongo delante tuyo el corazón sin máscaras. Sé que podrías adivinar de donde me vienen los cansancios, las frustraciones, la desilusión, algunas penas, el hastío, sin que hagan falta las palabras. Tenés el don de leer almas y eso no me intimida, al contrario me regala paz. 


Puedo ser yo en mi versión más verdadera, sin tener que salir a ganarme tu cariño ni tu aceptación. No "tengo" que hacer nada para merecer-te. Me reflejás de mil modos el modo de querer de Dios, al menos lo que intuyo o creo de Su modo de amar. 



Me regalás en manantiales de cariño gestos mínimos que a mí se me hacen enormes. Envuelven todo lo que en mí descubro ensombrecido para alumbrar misericordia y corajes, para dar brillo a una alegría que a veces se me hace cuesta arriba.


Ahora, en el ahora de cada uno de mis días, saber que puedo descansar-me en tu cariño, en el abrazo que salta de la foto y del recuerdo para actualizarse siempre que así lo necesite, en las palabras dichas a la orilla de los sueños y de la verdad... me serena el impulso de rendirme, de bajar los brazos, de perder el ejercicio de sonreír aún sin ganas.

No necesitás razones para quererme. Me querés desde una gratuidad que maravilla. ¡Querés quererme! Es de lo más liberador que alguien hubiera podido regalarme.
De mi historia, arrancaste por el capítulo más negro, y te quedaste. Ahora sé que te quedaste para siempre.
Gracias por cuidarme el alma. Gracias por acompañarme a vivir.






sábado, 5 de julio de 2014

CLARA


Clara se adelanta a los cálculos, a lo previsto, y nos regala sorpresa desde el primer día.
Ahora duerme y sueña. 

La entrada a este lado de la vida parece que la deja algo cansada, pero la paz que destila cada gesto pequeñito de su cara me hace pensar que desea estar entre nosotros, que ya nos quiere.

Clara duerme y no puedo dejar de verla, de conocerla, de grabarme en el alma su pequeñez completa que me abre a otro amor. La sostengo por un rato, mientras siento que son segundos en los que ella me sostiene a mí, aunque no lo sepa. 

Clara me conecta, sólo con vivir, a la alegría. Quiero ir rápido a casa y cambiar mi ropa negra para vestir algo de color. 

Clara es una espera que se vuelve bienvenida. Es mi hermanita convertida en madre, una madre hermosa y feliz. Es mi cuñado, asumiéndose padre y compañero, con una ternura que madre e hija se merecen.

Clara es parte feliz de la historia, Buena Noticia, Amor en estado puro.

¡BIENVENIDA CLARITA! 

¡Qué regalo lindo son mis 4 sobrinitas! Amo ser tía ♥




jueves, 3 de julio de 2014

Heridas de vida...

Dí por "casualidad" con una imagen y un texto que hacían referencia al Kintsugi*.

No sabía lo que era, así que me puse a leer algo más. Tengo por natural ir leyendo las cosas -lecturas propiamente dichas, imágenes, sensaciones, paisajes, historias, todo...- más allá de lo que dicen. Me descubrí leyendo mucho más lejos que "el arte japonés de reparar fracturas....".

Pensé en las personas en general, pensé en mí, cual si fuera cada uno de nosotros ese objeto roto, fracturado, afeado, en baja de valor. Pensé en lo facilmente desechables que podemos volvernos a nuestros ojos y a los de los demás cuando no vemos "en posibilidad" lo  que nos sucede. Cuando perdemos esperanza en la "reparación", en que las cosas cambien, en la conversión.

No solo es reparar, y acá viene lo que para mí guarda un secreto maravilloso aplicable a las cosas del alma, del corazón, de la vida en su centro más vital. El arte no solo de reparar lo roto, sino de resaltar con absoluto valor las grietas, las heridas, poniendo en un lugar bien visible aquello que es más propicio ocultar. Incorpora la herida, la realza, la acepta, la sana sin borrarla, la cubre de oro, de valor, de belleza.

Ahora el objeto -léase también corazón de cada uno- toma un valor nuevo, superior incluso, y no es el oro o la belleza de la herida, sino la aceptación de la historia y sus posibilidades de transformación. 

Como esa canción de Meana "no ves el hilo de oro de la Pascua, que re-diseña todo lo que cruza".


*Kintsugi (金継ぎ?) (Japonés: carptintería de oro) orKintsukuroi (金繕い?) (Japonés: reparación de oro) es el arte japonés de arreglar fracturas de la cerámica con barniz de resina espolvoreado o mezclado con polvo de oro , plata o platino. 

viernes, 20 de junio de 2014

de CUANDO LOS SUEÑOS SE HACEN CAMINO

Ivan kerner es un soñador argentino que un día se puso a ilustrar. 
(Ahí podría terminar el relato en blog "Esperanza..", pero voy con detalles)

Ilustró un proyecto y pensó que sería muy bueno vivirlo. 
Despidió a los suyos más cercanos, y se fue por el mundo a buscar a los suyos más lejanos.  
Puso manos y pinturas a la obra. O mejor: puso en obra pinturas y manos, y bastante de ilusión (propia y de todos quienes nos fuimos subiendo a su aventura)

Encontrar a los suyos más lejanos, que también son un poco nuestros -ahora más que antes-, le va espejando un corazón feliz, de una ternura mundial, de una sencillez grandiosa como cada camino que atraviesa. Ahora en la Puna, ahora en la Selva, ahora en...no importa; porque mágicamente a su paso, a su dibujo, al  arte desplegado de saber encontrarse con el otro, va borrando fronteras, va sumando corazones, tejiendo lo que a primera vista parece límite y distancia, descubriendo miradas y modos nuevos de mirar (para él mismo y para nosotros que a veces desearíamos mirar a través de ellos)

Todos podemos ser espejos, pienso. Porque lo leo compartiendo las crónicas del viaje, que además son la historia y la vida de un libro increíble que espero, y siento que puedo ser también un poco más feliz, y quizás animarme a espejar sonrisas y sueños en el corazón de otros. 
Contemplar el sueño de Ivan que le puso coraje, que se animó a soñar grande desde lo chiquito que es una caja de lápices y unas hojas en blanco con pura y absoluta posibilidad de crear mundos, me empieza a contagiar esa locura y esa valentía.

Ahora, apenas hace un rato, él compartía desde Facebook:

"UNA DE ESAS CHARLAS INOLVIDABLES...
-¿Hay montañas en Argentina? - quería saber uno de mis amigos de la selva. 
-¿Hay cascadas? ¿Hay venados? 

Y así seguimos repasando flora, fauna y accidentes geográficos hasta que yo, admirando la noche que nos rodeaba, desperté su mejor pregunta: 

-EN ARGENTINA, ¿HAY ESTRELLAS?"

Por alguna misteriosa razón leer esto hizo latir fuerte mi corazón, y también para mí creo que podría volverse una charla inolvidable. En la simpleza de 5 líneas, escucho que alguien me dice: no importa tanto si hay o no hay...sino si ves o no ves; si te animás a mirar con ojos limpios o preferís, acostumbrado a los paisajes cotidianos, mirar al piso y perderte la maravilla que acontece a cada instante cerquita tuyo. 

Claro que lo esencial es invisible a los ojos, pero a veces cuando los ojos saben mirar limpios, en profundidad, con la sencillez de un niño, lo esencial se vuelve evidente.




Para quienes quieran colaborar o conocer un poco  de qué se trata el proyecto:

http://pequeniosgrandesmundos.org/ (También en FB, bajo el mismo nombre)

http://ivanke.tiendanube.com/





domingo, 1 de junio de 2014

Artista.



El artista, es un comunicador de la belleza y no importa cómo la "entienda". Hay un deseo tácito de decir en cualquiera de los lenguajes posibles lo bello: el amor y el desamor, la alegría, la vida, un paisaje, colores, armonías, emociones, nombres, historias. 

El artista sabe de mirar a los ojos. Él mismo es poesía, cancíón, pintura, foto, etc; es artista y arte a la vez; mensajero y mensaje, puente y pasos que lo atraviesan.

El artista no hace esfuerzos por ser reconocido. Su esfuerzo, suponiendo que lo hubiera, está en encontrarle forma a su mensaje, gratis, no importa si lo hace para uno o para miles, si cosecha aplausos, dinero, o fanáticos. Se alegra por ser parte de la magia, todavía más: se alegra por SER.

El artista está al servicio del arte, y el arte, del "encuentro". El artista sabe de encuentro, no  es solo una persona que quiere ser mirada, que se mira a sí misma como en espejo que solo rebota su propia imagen, sin magia, sin mensaje, vacío; al contrario, es una persona que despierta a lo bello, que sale de sí, que se abre a los otros, que da a conocer su alma, que no se repliega sobre sí mismo, que disfruta de eso, que "contagia" algo más.

Una entrada general dedicada a los artistas a quienes les creo el corazón expresado en canciones. Y hoy en especial a MARWAN, todavía con el eco del recital en mis oídos y en mi alma, y con el regalo de tener en casa para disfrutar cada vez que quiera sus discos y libros, quiero agradecerle tanta ternura en las palabras, tanta vida en sus canciones, tanto latido envuelto en poema y en historias.


Gracias no solo por tu arte; me pareció de una humildad bellísima, de una grandeza poco común, que quedarás saludando uno a uno a todos los que allí estábamos para disfrutar de lo tuyo. Como si hubiéramos estado de visita en tu casa, y llegara el momento de despedirnos de la fiesta. 
¡GRACIAS!
Tu paso por el invierno -y sus apuntes- son clara invitación a la esperanza.

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