sábado, 20 de diciembre de 2008

De EsPeRanZas ComPartiDas...

Ya estamos a las puertas de la Navidad.
La "tensión" especial de la espera la he vivido de una manera diferente este año. Quizás sea que el ejercicio de la espera en muchos sentidos este año fue vivido más profundamente; quizás, pienso, ha sido que de cara a mis propias búsquedas, en algunos momentos -con algunas luces de otros- pude como quien camina un gran "adviento", percibir que la propia vida es esto: vivir a la espera de Jesús que está pero viene.
Hoy pensaba compartirte algo mío, pero sobre la marcha hay un cambio de planes.
Con permiso de quien lo escribió (alguien que quiero mucho) dejo hoy un regalo.
Tiene que ver con preparar un pesebre, un lugar para Jesús, sin lujos, sin riquezas visibles, sencillo y escondido.
Tiene que ver con dolores escondidos, como el de María intuyendo algo de la cruz y aún así entregada a la VIDA.
Tiene que ver con José acompañando la espera de algo grande, aún cuando la razón no tuviera todas las respuestas.
Tiene que ver con ESPERA atenta, deseosa, profunda.
Tiene que ver con animarse a la esperanza aún en medio de la noche.
Y con animarse a creer en que la noche, cuando nace Jesús, se llama Noche Buena.

(Gracias amig@ por dejarme compartir acá lo tuyo; tus palabras nacidas de lo profundo, hablan de un corazón abierto a la espera. Testigo como soy de tu esperanza construyendose desde las cenizas, nada mejor que tus palabras para este blog y para este tiempo)




"Este telar parece no tener una historia muy larga.
Antes de hacerlo, ya tenía un destino: ser el sostén del pesebre que iba a estar en casa.
El armado me exigió paciencia, pero tan sólo dos días. Comprar las maderas, hacer el cuadrado que sería el soporte del telar, clavar cada clavo, uno al lado del otro, con mucho cuidado y empezar con el armado en sí.
Primero iban los hilos de la base. Decidí ponerlos todos del color más claro, porque pensé que así se verían mejor los colores que iba a entrecruzar.
Una vez avanzado esto pensé que me hubiese gustado más poner algún otro color en la base, porque mostraría mejor el entrecruce de los hilos; pero ya era tarde, tuve que aceptar mi decisión y continuar con lo que tenía.
El trabajo es sencillo, pero me requería mucha paciencia, un solo hilo mal puesto arruina la trama. Y cuando uno se da cuenta hay que deshacer y volver al lugar del error para reparar. Me pasó varias veces durante el armado y tenía la tentación de ignorar ese hilo mal puesto y seguir, porque me ganaba la ansiedad de terminar. Creía que era solo un hilo insignificante y me molestaba mucho deshacer el trabajo ya hecho, pero me di cuenta que si no volvía sobre esos hilos, al final, se notaban en la trama, era necesario arreglarlos en el momento que correspondía, aunque me costara.
Mi racionalidad y estructura me hicieron comenzar pensando realizar una trama pareja, simétrica. Pero el entramado quería reflejar algo de más de mi, entonces debían aparecer los colores más mezclados, sin tanta lógica, algunos hilos los pase de a dos o tres juntos y formaban un relieve particular apenas perceptible a la vista.
Terminé el tapiz y lo puse en el lugar que tenía destinado.
Anochecía y sobre el manto puse a María, José, una vela encendida y el pesebre, vacío todavía, esperando.
Fue un rato de paz y de encuentro como hacía mucho tiempo no vivía.
Sin palabras, pensamientos, ni oraciones, sólo encuentro.
Y me encontré con Su Presencia. Y el corazón se me estremeció con esa tranquilidad. Me encontré con algo de lo que sentía perdido.
La historia del tapiz parece corta, pero no lo es.
Los hilos de mi vida en algún momento se terminaron de anudar, enredar, entrecruzar de manera tal que me inmovilizan, me angustian, me "entramparon".
Hoy necesito entramarlos de vuelta. Y el trabajo del tapiz me recordó algunas certezas, algunas se pueden entrever más arriba, y algunas las necesito describir:
El marco de madera sostiene todo el trabajo, de otra manera imposible sería armar el tapiz; es el sostén y molde del trabajo, y para manifestarse necesita de los clavos, signos visibles de su presencia. Clavos que sostienen y se hacen presentes en medio de los hilos para ordenarlos y “dejarlos ser”.
Para desentramparme y entramar, entonces, sé que está la presencia de Dios que me sostiene y da forma, aun cuando no me doy cuenta, y muchas veces, se me hace presente en los "clavos"-personas-signos-gestos-momentos que me muestran Su Presencia.
Y el entramado no es sencillo ni perfecto, pero muestra la historia de estos hilos, que se entrecruzan, otros que no se pueden separar y le ponen un relieve al tapiz como cicatrices, hilos que aparecen y desaparecen, otros que de pronto se cortan y exigen empezar de vuelta. Cada hilo tiene su lugar, su momento, su sensación, su historia, sus alegrías y tristezas, su dolor, su razón de ser, y al unirse con los otros hacen lo característico del dibujo.
El tapiz ya está hecho, mi entramado no. Recién estoy queriendo desentramparme. Pero el armado del telar quiere vislumbrarme una certeza: se puede, todo encuentra sentido, exige hacer, pero sobretodo paciencia, confiar, esperar...porque El Sostén siempre está.
Al final cada hilo en el tapiz encuentra su lugar, y esto le permite, como regalo, ser testigo de su Presencia, sentir el regalo de su nacimiento en casa."

ESPERANZA QUE CONSTRUYE MIENTRAS ESPERA

lunes, 15 de diciembre de 2008

DESACELERARNOS

¿Qué pasa
con nuestro mundo?

¿Qué pasa
con nuestro tiempo?


siempre más
siempre mejor
siempre más rápido
mejor
más
más estridente
más ajetreada
más atareada

otra idea aún
otra cita aún
otra actividad aún
otro plan aún
otro evento aún
otra entidad aún

obstaculizamos
nos aseguramos
nos matamos de risa
nos atiborramos
con imágenes e impresiones
sonidos y apuro


y hacemos
y hacemos
y realizamos
y nos esforzamos
nos esforzamos más aún


y sin embargo nada cambia
por lo tanto realizar más aún
y hacer más aún
¿mejor aún
más rápido aún
más aún?
más aún
de lo mismo
eso parece
no ser el camino
que aquieta nuestra añoranza

todo lo contrario
una sorda sospecha
me sobrecoge

¿podría ser
que nosotros
hubiéramos perdido
olvidado
desplazado
lo propiamente importante
que hubiéramos cortado
nuestras raíces
abandonado nuestro suelo
tapado nuestros manantiales?

¿podría ser
que justamente por eso
hiciéramos tanto?

¿podría ser
que las preguntas
no las soportáramos ya más
y por eso constantemente diéramos respuestas?

¿podría ser
que no soportáramos ya más el vacío
y por eso
nos llenáramos así con imágenes y palabras?


¿podría ser
que no soportáramos ya más el silencio
y por eso nos hemos vuelto tan bulliciosos?


¿podría ser
que no nos soportáramos ya más a nosotros mismos
y por eso nos orientamos así hacia afuera?


¿podría ser
que de puro estar en camino
hubiéramos perdido de vista la meta?


Podría ser...
quizás
ahora
se trate
de otra cosa


quizás
debamos quebrar nuevamente
el círculo vicioso
de la factibilidad
del rendimiento
del realizar
para encontrar aquello
que realmente buscamos
para que nuestro corazón se tranquilice
nuestra añoranza se aquiete
quizás ahora
se trate de detenerse
quitar velocidad
desacelerar
orientarse nuevamente
determinar
nuevamente el camino


quizás se trate
de despedirse
de la creencia en la factibilidad
del estar convencida
"todo depende solo de mí"
de la creencia en los ídolos
poder
posesión
rendimiento


quizás
se trate
de
dejar
deshacerse
de lo aparentemente importante

deshacerse
de expectativas
imágenes
ideas
para mirar
escuchar
entregarse nuevamente
al torrente
de vitalidad
al amor
de Dios


para ser
nuevamente


para
renovarse






Andrea Schwarz


(del libro: "Abandonar todo porque Él no me abandona" - Anselm grun/andrea Schwarz)
Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...