viernes, 7 de septiembre de 2018

El lugar del ABRAZO.

Hace unos días atrás, el camino me puso delante de una persona que estaba sufriendo mucho el vivir. Hubiera querido llegar antes. Hubiera deseado conocer con más profundidad la noche por la que esta mujercita atravesaba. Hubiera deseado darme cuenta de lo difícil que le resultaba vivir. 
Si hubiera sabido que ese primer abrazo que me salió darle ese día iba a ser el último; si hubiera presentido lo que pasaba por su corazón y su mente en ese momento, el abrazo hubiera tenido toda la fuerza de mi alma intentando aferrar a esa niña-mujer a este lado de la vida.
No fue. Todos los "hubiera" llegan tarde porque hay decisiones tan definitivas que, entre el dolor y la incomprensión, a los que quedamos de este lado nos dejan descolocados, perdidos, vacíos.
No sé que fue lo que ese día nos encontró. Sé que tuve el valor para el gesto de abrazar y de dar descanso en mi hombro y de sostener un llanto, y de caminar a su lado porque "vi" en ella a mis hijas. Y todos los hijos son nuestros, y todos los ojos deberían estarnos abiertos para cuidar y sostener a NUESTROS hijos, nuestros chicos, nuestros jóvenes.
Hoy el lugar del abrazo fue para su mamá. Estábamos paradas en las mismas baldosas. Otras lágrimas. Otro dolor tan infinito. Pasan tantas cosas por el corazón que difícilmente encuentre palabras. Solo sentí que mientras el abrazo transcurría curiosamente en el mismísimo lugar de hace unos días, hacía el Milagro de reunirlas -a la hija, a la madre- y las reconciliaba en un amor tan infinito que la muerte no podría tener jamas la ultima palabra. 

Que Mili descanse ya en Otro abrazo.
Que no sean pocos nunca nuestros brazos para sostener y cobijar con ternura el dolor de otros. 




domingo, 2 de septiembre de 2018

Ser hospitalario con el AMOR..

Como dos lados de un mismísimo movimiento, amar y ser amado se presentan como las coordenadas obligadas del amor. 
Pensando mejor, se me ocurre que el movimiento personal en el interior de cada uno sería AMAR y DEJARSE AMAR (y es que "ser amado" no tiene origen en uno mismo).
Somos seres con capacidad y potencialidad de amar; es -según creo- parte de nuestra esencia.

Ahora que estoy en medio de un movimiento lindísimo de amor, en medio de un vínculo que llega para ensanchar mi corazón de un modo que no imaginaba posible; ahora que hay un otro que trae envuelto en ternura un caudal precioso de comprensión y enciende con su alegría y su paz -todavía más- mis alegrías; ahora que me reconozco más entera, más armada, más serena, más feliz; me reafirmo en la certeza de que es el amor lo que nos salva y nos hace Vivir todavía más plenamente la propia humanidad, incluso si desde antes nuestra vida venía siendo bonita y bien vivida.

AMOR es EL sentido de toda la existencia. Pienso en el amor a mis hijas, a mis amigos, a mi familia; en el amor a los niños y niñas de los lugares en los que trabajé y trabajo, en el amor a  Dios, en el amor propio. Vivir por fuera de ese "movimiento", descreer del milagro con que nos resucitan de todos los modos de "no-vivir", las miradas AMORosas y las palabras AMAbles; no debería ser  posible.

Contemplar este regalo ahora me pone de pie el corazón entero, y hace que los miedos a abrir de par en par la historia y el presente se vayan volviendo muy pequeños. Miedo y amor no son compatibles cuando el desapropio y la entrega son las huellas en las que se va asentando el sentir y la voluntad de amar de verdad. 

Dejarse amar, creerse solo por existir merecedor de amor, deshacer una a una las corazas, ser vulnerable, estar a la intemperie, permitirse el vértigo y el no saber, recuperar cierta ilusión, soltar toda la pre-historia de una vez, abrirse. Y entonces sí: hacer por dentro un vacío distinto, para dejarse habitar, para ser absolutamente hospitalario con el AMOR.



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