domingo, 28 de septiembre de 2014

El ♥ lleno de nombres...

En lo cotidiano encuentro miradas que esperan de mí, que reclaman, buscan, “necesitan”. A veces me sorprende desde dentro una señal de alarma que me dice que es momento de desacelerar los pasos, dejar de lado lo urgente, lo que “tengo” que hacer, lo que había planificado; para dejarme encontrar por esos ojos que piden descansarse en los míos. Como si de pronto “despertara” en medio del día, y tuviera por un momento la capacidad-posibilidad de advertir que todo cuanto está aconteciendo alrededor, es MILAGRO.
¡Lo disfruto plenamente! Como si todo el día cobrara sentido a partir de esos encuentros. 

Ahora, en este mismo instante, viene a la memoria una frase de Pedro Casaldáliga:

«Al final del camino me dirán: -¿Has vivido? ¿Has amado? Y yo, sin decir nada, abriré el corazón lleno de nombres» 

Y ahora cambio camino por día, y lo vuelvo a leer: 

 Al final del DIA me dirán: “Ana, ¿has vivido? ¿Has amado?” y yo sin decir nada... 

¿Qué diré?

¿Diré el listado de deberes bien cumplidos, o de lo no hecho todavía?
¿Daré mis excusas por el tiempo que no alcanza, por la falta de ayuda de los que estaban conmigo?
¿Diré que no estaba lista? ¿Me esconderé en mis límites?
¿Diré que no es justo, pediré prorroga para enfocarme mejor si hubiera más tiempo?
¿Diré mis distracciones, mis cansancios, mis olvidos?

¿Qué diré?

Ojalá al fin del día, de cada día, mi corazón esté lleno de nombres, mis ojos llenos de miradas. Y pueda así, quizás sin decir nada...abrir el corazón entero y descubrir que está lleno de vida entrelazada y compartida en lo pequeño.

Al final del día, del camino, de la vida entera... será lo que en verdad cuente.





domingo, 21 de septiembre de 2014

ME BASTA UN SUEÑO

Para andar, para esperar, para seguir construyendo, 
para no perder la paz y la alegría...

Esperanza, ilusiones, sueños... todo parece salirse de la misma bolsa de palabras. 
En medio de un diálogo que solo quedará escrito en el alma, y atesorando una promesa que probablemente no vaya a tener oportunidad de cumplirse, se escribieron solas estas cuatro palabras: ME BASTA UN SUEÑO.
Me sorprendí a mi misma con esa declaración mínima que por dentro se me hizo gigante. Y en eco repetido me persigue afortunadamente estos días frente a muchas situaciones bien diferentes que se constituyen en escenario de mi cotidiano externo e interno.
Un sueño que no me distancia de mis pies en la tierra, de mi percepción de lo real, que no me distrae demasiado de lo que ahora mismo atravieso. Y al mismo tiempo, porque es esta la magia del sueño, el corazón va lejos, adelantado, adelantando, despegado casi casi de mí misma.
No hay lugar para todo lo que amenaza desánimo. Mi corazón está a salvo, el resto de mí no sé, pero el corazón sí. Y ahí es donde se guarda el tesoro, nadie tiene el poder de quitarme un sueño.
Me basta un sueño para respirar. 

jueves, 11 de septiembre de 2014

Celebrar la vocación, el recuerdo y el camino.

En Argentina hoy festejamos el día del maestro. Alguien publicó en facebook foto con su primera maestra y me abrió mis propios recuerdos. 
Las de las fotos que comparto no fueron mis primeras "seños" pero sí fueron las primeras que recuerdo de manera especial. Mi maestra de sala de 4 y mi señorita de 3er grado. De la seño Mercedes, de jardín, aunque el recuerdo en situación no es el más "agradable", hoy mismo pude darme cuenta de su dulzura. Cierro los ojos y puedo a volver a la escena de ese día: veo a la maestra mucho más grande y alta de lo que en verdad parece que era, ella preguntando "quién se hizo caca", no sé que habré pensado y con qué palabras exactas, solo recuerdo que no quería que me "descubriera". 
Lo hizo, toda maestra descubre a la corta o a la larga quién fue,,,,jeje. Lo que recuerdo después de eso, en ese momento que ninguna maestra desea encontrar, es su dulzura. Como si fuera un gran gusto para ella acompañarme en esa situación. 
Mi maestra me quería. No hubiera sido capaz de abandonarme ese "desgraciado día"...y ayyyy que es el ÚNICO QUE RECUERDO de mi paso por el jardín de infantes...



La segunda maestra que recuerdo con un sincero y profundo amor, fue mi maestra de 3er grado, la señorita Herminia. 
Siempre fui muy tímida, con el tiempo fui encontrando mis herramientas para superar esto, pero en aquel tiempo todavía no podía manejarlo. Recuerdo a esta maestra y lo que siento muy dentro es el gran cariño hacia ella y una especie de admiración silenciosa que ella me despertaba. Fue mi primera maestra de quien puedo decir que su palabra era para mí "palabra santa". Si ella lo decía... era! Mi señorita de los dibujitos de 5 renglones y no más; de las tablas recitadas de corrido casi sin respiro, mi señorita que me hizo sentir orgullo por un ¡10! en tablas... 
Mi señorita Herminia que me supo VER. Y esto último es lo que ahora mismo me emociona de solo recordar. Situación de exámen final. Hay un ejercicio que no me sale, y lloro sola en el banco. Intento esconderme detrás de mi compañera de adelante, no quiero que mi maestra me descubra. Y otra vez, claro que no iba a ser de otra manera, mi señorita amada ME DESCUBRE., me llama, y con una ternura que nunca voy a olvidar me dice casi al oído: "¿qué pasa petiza, por qué llorás?" Le cuento que "no me sale"...y después de devolverme a la calma me lo explica para que nunca más olvide la lección: SIEMPRE HAY ALGUIEN PARA AYUDAR CUANDO SOLOS NO PODEMOS. 


Ahora mismo mientras escribo me doy cuenta que en el corazón del recuerdo aparece casi sin querer la misma connotación: una MAESTRA que me DESCUBRE con tanto amor, que transforma lo feo o lo malo en un gesto inolvidable de ternura.
Ojalá pueda ahora que estoy del otro lado, mirar como ellas me miraron, DESCUBRIR a aquel que "nadie vio" de manera especial y regalarle esas miradas de amor. 

FELIZ DIA DEL MAESTRO para mis compañer@s de trabajo, para mis amigas maestras, para mis maest@s de la vida, para todos los educadores de vocación y corazón!!

miércoles, 3 de septiembre de 2014

Tener dónde volver...

“Tu casa es donde estás verdaderamente a salvo. Es donde puedes recibir lo que deseas”. (H. Nouwen - La voz interior del Amor)

En el corazón de cada persona hay una fuerza intrínseca para el bien, la verdad y el amor. Algunas veces el corazón atraviesa desiertos, oscuridades, confusiones que le hacen perder horizonte, que lo alejan de lo que en él hay de más auténtico. Toma distancia, se pierde, se dispersa. 
Muy dentro, una tensión vital enciende alarmas que le devuelven deseo de camino, lo invitan a emprender el regreso. 

Solo regresa quién tiene donde volver.


Ahora pienso en las personas que han dibujado en miradas, en palabras, en vínculos profundos y sinceros, mis caminos de regreso. Quiénes han sido para mí portadores de valor, me han hecho sentir amada por lo que soy, no se han escandalizado de mis pasos mal dados. Pienso en quienes se han mantenido a distancia prudencial para dejarme caminar a mi manera, retomar la marcha y enderezar el rumbo, sin intentar caminar por mí. Ellos encendieron las luces de mi casa, y esperaron confiados a que volviera. Creyeron en mí, con una paciencia y un cariño infinitos. 




¡Volver siempre nos llena el alma de bienvenida! No hay mejor camino que “volver a casa”, volver a centrar la vida en aquello que de verdad somos, recuperar nuestro nombre, sabernos convocados a ser enteros allí donde estamos, unificados, reconstruidos, en fidelidad a TODO nuestro ser.


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