sábado, 23 de enero de 2010

Página en blanco II...

Hay un hondo silencio estos días en casa.
Es un silencio antesala de tanta palabra que acorazo hace tiempo. Silencio como página en blanco en donde podrían dibujarse a su antojo todas las palabras que retengo en algún rincón oscuro y seguro. Silencio como nido donde gestar sueño y vida, si me animo. Silencio como borde último de un precipicio que no tiene regreso, y del que obligada y necesariamente hay que saltar.
Voy a danzar palabras en este silencio. 
Decirme por ejemplo, en ritmo lento, que miedo supera a deseos, pero que ya no quiero que sea así; y dar un giro y otro, y abrir pista. Danzar con pasos nuevos, dejar que el alma se entibie suavemente de ganas de soñar.
Decir que todavía, contra viento y marea, creo en el amor. El amor humano y verdadero, de vida entregada y compartida.
Decir que soy feliz aunque amenacen la sonrisa ciertas lágrimas que vienen de lejos y de muy dentro.
Decir que me siento agradecida, por lo que me ha tocado vivir. Sé que me acerco a mi verdad; que cada cosa que ha ido pasando, sobre todo en el dolor, me ha descubierto algo de mí que estaba oculto, reprimido, o ignorado. Ahora me observo y conozco un poco más.
Decir que tener expectativas a veces me congela el impulso; un marcado temor a los fracasos a veces paraliza mis intentos. Ahora puedo verlo.
Decir que la vida me parece cada día más hermosa, menos color de rosa, puro camino abierto desafiando rutinas y certezas.




Hay silencios que son más importantes que miles de palabras. Bendito silencio que me encuentra. Bendito silencio que me abre. Bendito silencio que unifica. Bendito silencio que me habla. Bendito silencio que despierta. Bendito silencio que despierta.


viernes, 1 de enero de 2010

Página en blanco...


De todo lo que aprendí, de lo que aún no; de lo que pude perdonar y perdonarme, de lo que todavía no; de lo que pude salir y liberarme y de lo que no; de los amigos viejos y nuevos y de aquellos que no han hecho más que poner palos en la rueda; de los caminos nuevos cargados de sorpresa y de los dejados atrás; de todo...de todo ...de todo...tengo razones para dar gracias.

Y no voy a hacer listado, porque hoy es día nuevo, de año nuevo, y me motiva especialmente mirar para adelante. Como página en blanco. Como esa sensación que ahora recuerdo, del primer renglón del cuaderno nuevo en primer día de clases...a uno le daban tantas ganas de escribir prolijito, de hacer "buena letra", de que estuviera lindo. El secreto estaba, creo, en que toda la posibilidad estaba abierta, no había "nada dicho". El año nuevo se me figura así. Uno vuelve al punto de "salida" de alguna manera, y vive un lapso de tiempo en el que puede al final de trayecto evaluarse a sí mismo, hacer balance, revisar ciertas cosas... me gusta sentirlo así, vivirlo así.

Quisiera poder vivir este año esto que ayer escribía de "danzar la vida"; con lo que a mí me representa eso. Tomarme en serio mis pasos, mi ritmo, mi vida. Darle un sentido más hondo, seguir buscando, palpitando lo mío, descubriendo. Ser lo más YO que pueda con los riesgos y desafíos que eso implique. Aprender a confiar más, a confiarme más en la mano que guía.

Hoy primer día del año, quiero ser página en blanco. Como un signo también de este no saber, de no tener plan fijado, de no querer limitar nada de antemano; como signo de un deseo real aunque a veces no salga, de vaciarse uno para poder dejar lugar a Quien deseo que ocupe mi lugar ...su lugar. Como signo de un estar "detenido " unos segundos, una previa nomás, antes de lanzarse hasta quedar sin aliento, entregado, y feliz al baile de la vida, al baile con la vida...


Un pequeño descanso, un pequeño silencio... y empiezo con mi parte.

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