lunes, 19 de mayo de 2014

Corazonando...



Ayer hablábamos con mi sobrinita Pilar, de 4 años, sobre los miedos. Compartimos el miedo a los perros, al agua profunda, y a las alturas. Creo que experimentamos alivio al descubrirnos coincidiendo.
Mientras ella caminaba orgullosa diciendo "somos igualitas", yo sentía que mi niña interior estaba siendo fácilmente comprendida. 

Más tarde, una conversación entre risas y nostalgias, recordando el día en que en medio de una celebración de viernes santo me tocaba cantar serenamente "por qué tengo miedo si nada es imposible para Tí.." (Glenda) tras las palabras del fraile que nos iba ayudando a rezar a todos. Era tan profundo el momento, que en su última frase a viva voz "por qué tengo miedo??!!" me dejé envolver por la meditación, me olvidé de continuar el canto, y lo dejé expuesto frente a toda la comunidad presente -iglesia llena- cual si hubiera estado haciendo una confesión abierta preguntándose delante de todos por sus propios temores.  Cuando me di cuenta de que había debido cantar...ya era demasiado tarde.

Y finalmente, también durante el día de ayer, una compartida más, centrada en los miedos. El miedo a dar por cumplido un deseo.
Parece ridículo, insólito, quién podría temer cumplir su sueño, su deseo. Le doy vueltas hace días a esto, en torno a un sueño-deseo preciso que se va acrecentando con el paso de los años y la historia. Quienes me conocen, incluso aquellos que me siguen en el blog desde hace años, saben cuánto deseo viajar a Italia. Desde mis 16 años. Se incrementan las razones, se profundizan las ganas, se agregan motivos y personas a la línea de llegada. Antes me parecía imposible, pero ahora, incluso cuando todavía no es posible, se me hace más real, más cercano, más deseable, más necesario. 

Ahora mismo mientras escribo, una parte de mí me confronta y me dice qué es muy ridículo temer cumplir un sueño, que habrá otros luego, que no es posible el "vacío" en este sentido, que eso irá templando el corazón para no quedar luego anhelante sino más bien ejercitando y ejercitado en capacidad de seguir soñando. 
Pero mi corazón ahora desbordante de ilusión casi NO razona, "corazona" solamente. 

Corazona deseo, corazona proyectos, corazona lugares, corazona abrazos (o abbracci) que quiere dar en italiano. 

Las palabras tienen magia. 
Es un post terapéutico, escrito casi para mí, me lo concedo. Decir mi miedo en "voz escrita" disuelve ahora mismo fantasmas de vacío, y me hace seguir soñando sonriente mi vuelo y los caminos que me esperan, cuando tenga que ser.




martes, 13 de mayo de 2014

locuras de amistad...

JUGAR es mantener el corazón despierto, crear, divertirse.

JUGAR es encontrarnos, es querer estar junt@s, es compartirse el tiempo y la alegría.

JUGAR es olvidarnos de las complicaciones, de los deberes sin hacer, de la rutina.

JUGAR es RE-CREARNOS.



Gracias amigas por la ilusión, 
por animarnos a jugar, 
por la locura que compartimos. 

Gracias por el tiempo de encuentro y de risas.

LAS QUIERO ♥

lunes, 12 de mayo de 2014

milagros cotidianos...

Estás "naciendo" a los tres años. 
Descubrís que alguien te sonríe, y que vos mismo tenés sonrisas para dar. Tu mirada empieza a ganar brillo, tus ojitos antes mirando al suelo o lejos quien sabe a donde, ahora se enfocan en los rostros cercanos que salimos a tu encuentro. Y te escuchamos carcajadas que tenés guardadas a montones. ¡Nacés a carcajadas!
Ganás confianza, nos dejás estar cerca, estirás tus brazos en iniciativa de abrazo y te nos colgás del cuello con una felicidad que se estrena en tu pequeña historia.
Te hace reír una caricia, un mimo en el pelo, un juego de cosquillas que te llegan más tarde de lo que deberían haber llegado. La ternura en cualquiera de sus formas se te hace novedosa. 
Las palabras parecen recién estar llegando a tus labios, salen torpes, pocas, incomprensibles a veces, pero tienen toda la belleza de la más bonita de las melodías. Tu única palabra comprensible es el nombre de tu hermano. Sos un mar de amor, sos un cielo de ternura!

Agradezco mil veces que estés entre nosotros, que nos regales el milagro de tu alegría, de tu mirada estrenando infancia, de una confianza que antes no podías. 
En días así trabajar donde trabajo se me vuelve paraíso. Gracias por enseñarnos a mirar!


domingo, 4 de mayo de 2014

Abismarse al cielo...



Existen abismos que nos abren a una dimensión nueva de las cosas. Ahora estoy en uno. Abismo que no es peligro, que es cielo que se abre debajo de los pies, alrededor del alma, envolviéndolo todo en una intensidad hermosa que atraviesa la vida. Un abismo que nadie más, afortunadamente, debe o puede atravesar por mí. No me implica ningún acto voluntario entrar en él. Simplemente está ahí, para mí, como si no hubiera otro modo. El corazón desea abismarse así. Se deja caer-volar, se suspende ahora en caída libre, y contra toda ley de gravedad, es empujado hacia arriba. Caída que eleva. Me descanso, a sabiendas de que estoy más a salvo que nunca. Contra toda otra ley física o temporal incluso, es esta una experiencia vital que trasciende lo conocido, lo esperado, lo posible. Experiencia de "para siempres" creídos desde lo hondo del ser. Experiencia de CIELO, de infinitud que abraza. Experiencia que es reflejo claro de mi Dios. Experiencia de AMISTAD con vocación de eternidad. 

viernes, 2 de mayo de 2014

La historia de mi vida II...



Ansiosa y apurada como soy,  hacer los ovillos  a  partir de una madeja de lana se me vuelve complicado. Ya sé que si se hace con cuidado y tomando algunas precauciones al comienzo se hace facilísimo, pero, me desoigo a mí misma recordando estos pasos y me apuro intentando convencerme de que se ve tan fácil esta vez.

Desoír la propia experiencia se me vuelve entonces el peor de los caminos. Una tarea que iba a ser de no más de 5 minutos, me lleva media hora de rezongos, deshaciendo nudos y embrollos.


Paso la prueba. Ahora miro mis ovillos listos para ser tejidos, y me prometo a mí misma no volver a cometer el mismo error. Quiero ponerme esta vez un voto de confianza, pero ni yo me creo que la próxima vez seré más cuidadosa: mi naturaleza impulsiva y ansiosa conspira contra mis mejores intenciones. Siempre ha sido así.


Todo está dispuesto, viene la mejor parte. Disfrutar del tejido, ver como avanza la obra vuelta a vuelta; recordar a mi amiga tejedora imaginando que me alienta en este tramo; sonreír pensando en la motivación de este trabajo en particular; agradecer que mis manos abriguen desde ahora los sueños de quien viene en camino.
El tiempo pasa en esta parte casi sin que me de cuenta. Como casi siempre que uno está disfrutando de lo que hace, el tiempo "vuela". En mi ventana un pájaro canta, levanto la vista y veo que mientras sueño despierta algunas cosas, hay presencias custodiando de cerca mis sonrisas y mis vuelos.

También esto es la historia de mi vida. Mis embrollos, los nudos que se desprenden de mis malas decisiones, de desoír la voz que viene de adentro.
El tiempo que ayuda a desenmarañar las cosas. La paciencia que a veces recupero. Un aprendizaje que quiero poner en práctica si hay próxima vez. Y entonces el momento de disfrutar cuando al fin el orden llega. Tiempo de hacer, de construir, de ir viendo cómo van quedando las cosas. Recordar a aquellos que desde su experiencia nos animan a más, y a mejor. Revisar las motivaciones, los objetivos, disfrutar del mientras tanto, soñando, proyectando, imaginando. Y descubrir en tanto que uno no está solo ni siquiera cuando todo haga parecer que sí. La vida misma, el hilo de mi historia y de la tuya. En entramado vital de presencias, de momentos, de experiencias, de caminos, se van tejiendo razones de vivir.


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