viernes, 28 de septiembre de 2007

de AbraZos que SaNan...

Hace un rato escuchaba esta canción de un amigo-cantor-poeta de mi ciudad, Marcelo Sulpizio.
La comparto porque a mí me hizo sentir cosas lindas. Uno puede releer la propia historia desde la Palabra, desde un texto, desde una situación concreta, desde un poema, una canción...esto me pasó recién al escuchar este canto. Sentí que frente a tantas cosas que amenazaron "matarme" la alegría, lastimar, doler, desestabilizar... pude seguir en pie gracias al cariño y a la compañía fiel de las muchas personas que me quieren bien; pero sobre todas las cosas, mantenerme en pie, fuertemente sostenida por los brazos de Tata Dios que no me ha dejado sola nunca; y me ha hecho, más de una vez,"anidar en sus brazos".



HAMBRE DE ABRAZOS

Puede matarme la herida
absurda y brutal de un adiós,
Pueden partirme en pedazos
y hacer de mis labios la triste canción del dolor.

Pueden matarme las piedras
que arroje el dolor a mi voz,
Puede matarme un disparo de furia y de sombra
de odio y tal vez a traición.

Pero no moriré por el hambre de abrazos
mientras siga anidando en tus brazos
Pero no moriré por la angustia y la sed
Mientras siga bebiendo en tu ser.
Puede arrancarme la vida
el soplo triunfal del horror
Pueden poblarme de ocasos
de olvidos, y llantos, de basta de nunca y de no.

Pueden matarme la guerra
que nunca bajo su telon
pueden faltar sin aviso el pan y los peces
el vino y alguna canción.

Pero no moriré por el hambre de abrazos
mientras siga anidando en tus brazos,
pero no moriré por el hambre y la sed
mientras siga bebiendo en tu ser.









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