Muchas cosas que van por dentro me preocupan, me entristecen, me sorprenden.
Me descolocan, me movilizan, me cuestionan.
Frente a todas esas cosas no quiero apagar la mirada, no quiero perderme, ni perder la esperanza.
No quiero cerrarme a lo que viene.
Leía este poema y sentía que en parte, esta puede ser la clave para adentrarse en este tiempo de Cuaresma.
Desde lo de uno, desde lo cotidiano. Desde los propios pasos, desde lo que uno construye, desde lo que uno siente y vive. Mientras espero....construyo.
No bastará en este tiempo con sentarse a ESPERAR.
No bastará con aceptar ciertas cosas.
En el mientras tanto, habrá que ir dando pasos nuevos, sencillos, que nos permitan un nuevo Encuentro.
Que sea un tiempo para creer y esperar a pesar de todo.
A pesar de todo.
Que sea un tiempo para construir también, a pesar de todo.
A pesar de todo.
Esperaré a que crezca el árbol
y me dé sombra.
Pero abonaré la espera
con mis hojas secas.
Esperaré a que brote
el manantial
y me dé agua.
Pero despejaré mi cauce
de memorias enlodadas.
Esperaré a que apunte
la aurora
y me ilumine.
Pero sacudiré mi noche
de postraciones y sudarios.
Esperaré que llegue
lo que no sé
y me sorprenda.
Pero vaciaré mi casa
de todo lo conquistado.
Y al abonar el árbol,
despejar el cauce,
sacudir la noche
y vaciar la casa,
la tierra y el lamento
se abrirán a la esperanza.
Benjamín González Buelta, S.J.
2 comentarios:
¡Sí Analía!Un mundo mejor es posible de todos y cada uno de nosotros depende "no bajar la mirada" Un Beso y un ¡Gracias a Él, que te cruzó en mi camino!
Creo que estos días de Cuaresma nos afectan a todos especialmente, aunque yo no soy la más indicada para decir esto, pues es la primera vez que la vivo. Y tu lo dices muy claro: La clave esta en esperar mientras construyo y en ir dando esos nuevos pasos, sencillos, sin ponernos metas, sin grandes espectativas y quizás todo eso sea un nuevo comienzo.
Un saludo
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