El mundo
Un hombre del pueblo de Neguá, en la costa de Colombia, pudo subir al alto cielo.
A la vuelta contó. Dijo que había contemplado desde arriba, la vida humana.
Y dijo que somos un mar de fueguitos.
-El mundo es eso -reveló- un montón de gente, un mar de fueguitos.
Cada persona brilla con luz propia entre todas las demás.
No hay dos fuegos iguales.
No hay dos fuegos iguales.
Hay fuegos grandes y fuegos chicos y fuegos de todos los colores.
Hay gente de fuego sereno, que ni se entera del viento,
y gente de fuego loco que llena el aire de chispas.
Algunos fuegos, fuegos bobos, no alumbran ni queman;
pero otros arden la vida con tanta pasión
que no se puede mirarlos sin parpadear,
y quien se acerca se enciende.
Eduardo Galeano - El libro de los abrazos
2 comentarios:
¡Qué hermoso Ana! Siempre encendidos, siempre ardiendo, siempre unidos:
"Pasaré como fuego que consume todo lo que ha de caer y deja en pie sólo la Verdad...que Eres Tú " Chiara Lubich.
No pares.
Parecido a lo que decía Merton: "No hay modo de que la gente comprenda que anda por la vida brillando como el sol", alumbrando como un fuego, es decir, somos luz. Dice una canción popular acá en Cuba: "Qué no se apague la lucecita..."
Vas bien, amiga, que no se apague.
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