jueves, 20 de junio de 2013

Desilusión.


A veces por vacío y a veces por exceso. La cosa es que en estos días las palabras están "trabadas", no salen, pero están.
No podré escribir de algo que no esté dentro, aunque más no fuera en formato de deseo, así que nada mejor que mirar y elegir al menos una palabra del caudal de palabras que se escriben en el alma estos días.

DESILUSIÓN es la primera que sale. No me gusta, pienso, mientras me pregunto qué tiene que ver la desilusión con la esperanza. Estoy tentada a dejar la página en blanco otra vez, como estos días en que no puedo ordenarme y parece que no doy con palabras de esas que a mí misma me iluminan camino. Escribir de desilusión en blog esperanza parece hasta fuera de lugar. Entonces reafirmo la línea del párrafo anterior: "no podré escribir de algo que no esté dentro..." y DESILUSIÓN necesita salir, aunque más no sea para dejarme ver lo que hay detrás, tapando mis otr@s palabrasentimientos

Entonces tomo contacto con una primera intuición de esperanza. La esperanza a veces no se hace evidente, se esconde detrás de situaciones, personas, desilusiones solo para hacerse más honda, para moldearnos el corazón a una fidelidad que no se vea tan fácilmente amenazada en los tiempos oscuros. La esperanza necesita pasar por una experiencia de fuego purificadora y doliente tantas veces. La esperanza puede ser exigente, puede parecer imposible en ciertas situaciones. Esperanza escondida, esperanzita...

DESILUSIÓN. Me dice que algo que esperaba fuera de un modo, no es, no será o nunca ha sido así. Me dice que cierta expectativa feliz de algo acaba de romperse, y lo que parecía ser de un modo en verdad ya no lo es. Me dice de algo que se rompe, que se parte, que se arrebata. Me dice de desencanto, de sentirme estafada en algún punto. Me dice de una ingenuidad que a veces no me tolero demasiado. Me advierte otros cuidados, ser más despierta, quizás hasta más desconfiada.
En otro sentido se me ocurre que puede ser algo no tan malo a la vez. Frente a una "ilusión óptica" puede ser muy bueno "desilusionarse", ver la realidad de las cosas, no engañarse; saber que las cosas -o personas- son de un modo o de otro pero son así sin lugar a dudas. 

Creo que la esperanza tiene tanto que ver con la alegría, el confiar y el creer, que por momentos me parece improbable que pueda congeniar con la desilusión. Quiero empujar la desilusión fuera. Quiero ser una persona que cree y confía. Quiero ser alguien capaz de discernir que hay cosas que tienen que ver con la multiplicidad de las fragilidades humanas y no con los sentidos más profundos de las búsquedas, los deseos, las luchas. Quiero seguir teniendo ilusión aún a riesgo de desilusionarme, incluso de mí misma. Quiero aprender a aceptar que seguramente ni las situaciones, ni las personas -sobre todo estas- responderán a las expectativas que me hago de ellas. Y crecer en capacidad de confiar, aún cuando me sienta traicionada una y otra vez; de aceptar. Que no sea yo misma traicionera de las ilusiones que me habitan, de aquello que me atraviesa el alma, de aquello en lo que deseo gastar mi vida entera.

desilusión chiquita y minúscula, así te quiero, no serás más grande que mi ESPERANZA. 




2 comentarios:

MARIANO.- dijo...

"...me pregunto qué tiene que ver la desilusión con la esperanza".
Lo primero que recordé al leer esto es la introducción del sombrío Eclesiastés en la Biblia-El Libro del Pueblo de Dios: "El Eclesiastés habla de Dios como el agua habla de la sed".
¿Qué mérito tendría tu esperanza si no es en parte un triunfo sobre tu desilusión?
"No serás más grande que mi esperanza".
Describís una etapa habitual en mí.

Muchas bendiciones.

Sejo dijo...

Que sería de todos nosotros sin la desilusión, sin la duda, sin la desesperanza, sin todas esas "desvirtudes" por llamarlas de alguna forma.
Que mérito tendría la vida si todo nos fuese dado sin esfuerzo, sin prueba, sin la tentación.
Algunas veces un exceso de confianza, de seguridad, de ilusión, no es más que una tentación para caer en la soberbia, en la autocomplacencia,en la vanidad, todo es vanidad.
De igual forma que nos decepcionan o desilusionan algunas personas, igualmente decepcionamos y desilusionamos nosotros a otras, por eso creo que lo mejor es obrar con siceridad, con humildad y lealtad a uno mismo, sus principios. No es posible contentar a todos ni que todos esten contentos contigo, pero si es posible ser fiel a tu estilo de vida, a tus sueños e ideales, a tu ilusión, a tu deseo.
Los premios y las recompensas son siempre efímeros, lo que hoy nos agrada, mañana nos disgusta.
No te desilusiones, tu ilusión por reconocerlo es la mejor prueba de con desilusión, no habría tampoco ilusión.
Un abrazo lucero.
Sejo

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...