Hoy pude ver el brillo de la paz envuelto en pena; un sentir triste embebido de esperanza, y me pareció que había para mí algo de invitación y revelación en ese encuentro.
Teorizo tantas veces la esperanza, deseo un corazón "capaz de espera" siempre, y sin embargo tantas veces no puedo o no me sale.
Hoy alguien sin alardes, con la pobreza de alma suficiente como para no apropiarse ninguna voluntad de dar lecciones, sin intención de hacerlo, abrió su alma -mal digo- me invitó al asomo; y es que no imagino que pudiera cerrarse en algún sitio, alma transparente, o de colores, con luz.
La pena tan llena de paz. Un dolor casi teñido de serena alegría. Me parecería imposible si hoy no lo hubiese visto y oído.
Y llega el fin del día y quiero agradecer, tanto regalo hecho rostros y nombres concretos.
Hace unos días les pedía unirnos en oración por Julieta L. (seguimos rezando); hoy Julieta G. en una pena distinta, me regaló una clave lindísima para la espera confiada, para la esperanza profunda que deseo abrigar en el alma.
Julieta's de estos días, las nombro ahora mismo delante del Buen Dios. Que Él las acompañe y las bendiga por la luz que regalan en medio de la historia, aunque venga difícil este tiempo.
Para ustedes esta canción...
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