...Cuando somos sensibles, cuando nuestros poros no están cubiertos de las implacables capas, la cercanía con la presencia humana nos sacude, nos alienta, comprendemos que es el otro el que siempre nos salva. Y si hemos llegado a la edad que tenemos es porque otros nos han ido salvando en la vida...
...El latido de la vida exige un intersticio, apenas el espacio que necesita un latido para seguir viviendo, y a traves de él puede colarse la plenitud de un encuentro, como las grandes mareas pueden filtrarse aun en las represas más fortificadas,o una enfermedad puede ser la apertura o el desborde de un milagro cualquiera de la vida: una persona que nos ame a pesar de nuestra cerrazón como una gota que golpeara incesantemente contra los altos muros. Y entonces la persona que estaba más sola y cerrada puede ser ella misma la más capacitada por haber sido quien soportó largo tiempo esa grave carencia...
... Ni el amor, ni los encuentros verderos, ni siquiera losprofundos desencuentros, son obra de las casualidades, sino que nos están misteriosamente reservados...
...El destino se muestra en signos e indicios que parecen insignificantes y que luego reconocemos como decisivos. Así, en la vida uno muchas veces cree andar perdido, cuando en realidad siempre caminamos con un rumbo fijo, en ocasiones determinado por nuestra voluntad más visible, pero en otras, quizás más decisivas para nuestra existencia, por una voluntad desconocida aún para nosotros mismos, pero no obstante poderosa e inmanejable, que nos va haciendo marchar hacia los lugares en que debemos encontrarnos con seres o cosas que, de una o de otra manera, son, o han sido, o van a ser primordiales para nuestro destino...
...Creo que la libertad nos fue destinada para cumplir una misión en la vida; y sin libertad nada vale la pena...
2 comentarios:
Es un excelente libro este que compartes, lo leí hace varios años y lo he prestado muchísimo, pues su mensaje es hermoso, humano y alentador. Ya ves, tenemos otro punto en común: la resistencia.
Tuve la suerte de conocer a Ernesto. Conocer su casa en Santos Lugares y recibir una carta suya en épocas de facultad alentandome a vivir. Crean y luchen por el mundo que nos merecemos. Abrazo grande!
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