Saber que uno no va solo en el camino alienta y anima! Aunque el camino de cada uno es personalísimo, y nadie más lo puede recorrer por uno, es bueno sentir que hay otros que acompañan de cerca, que animan si hace falta, que guían si uno está perdido o con miedos. La sola presencia del otro nos ayuda a ponernos en movimiento.
Dejo un canto de Eduardo meana (sdb) que me hace tener presentes a mis compañeros de camino.
Canción de Montañeses
Te espero, no porque haya llegado a ningún lado;
sí porque el mismo Monte creo que vamos subiendo.
Y te espero a mi lado en un trecho del viaje,
o al menos, allá arriba estar juntos espero.
Conozco cierto paso de ciertos montañeses,
y por eso enseguida te supe de los nuestros.
Aún sin verte, “saberte” me estimula y alegra...
saberte repechando, con eso ya te quiero!
Felices y seguros de que ésta es la Montaña,
el doloroso ascenso nos acerca en secreto.
Porque perteneciendo a este sólo Camino,
te espero, o esperame…¡Ya nos encontraremos!
Es esto sencillito lo que hay en mi mirarte:
esperarte sin celos, sin plazo y sin apremio;
y a la vez tan seguro de que somos hermanos,
y que lo que nos une es de aquí y es eterno.
Te espero, no porque haya llegado a ningún lado;
sí porque el mismo Monte creo que vamos subiendo.
Y te espero a mi lado en un trecho del viaje,
o al menos, allá arriba estar juntos espero.
Conozco cierto paso de ciertos montañeses,
y por eso enseguida te supe de los nuestros.
Aún sin verte, “saberte” me estimula y alegra...
saberte repechando, con eso ya te quiero!
Felices y seguros de que ésta es la Montaña,
el doloroso ascenso nos acerca en secreto.
Porque perteneciendo a este sólo Camino,
te espero, o esperame…¡Ya nos encontraremos!
Es esto sencillito lo que hay en mi mirarte:
esperarte sin celos, sin plazo y sin apremio;
y a la vez tan seguro de que somos hermanos,
y que lo que nos une es de aquí y es eterno.
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