miércoles, 11 de septiembre de 2013

Permanecer en el caos, habitar en el caos.

No me desespera especialmente el desorden en la casa, pienso que es señal de que hay vida, de que hay movimiento, de que "habitamos" por completo los espacios y lo que hay dentro. No soy particularmente fanática del orden. No me gustan esos ambientes que parecen de revista de decoración, donde nunca se encuentran cosas fuera de lugar, una revista abierta, un vaso fuera de sitio. Me resultan "sospechosas" esas casas. Casi sin pulso, casi muertas, vacías, desoladas. No, no me gustan. 
Pero hay una línea delgadísima que divide el desorden del caos. Y ahí sí, ya no me sucede sentirme tan a gusto. Ser uno mismo quien ocasiona el caos, voluntariamente, sacando todo fuera de lugar para volver a acomodar o para deshacerse incluso de cosas que ya no tiene sentido seguir guardando, tiene ventajas con respecto a la situación de sumergirse en el caos sin haber participado en su gesta.
La ventaja de saber al menos dónde están las cosas, y así poder ir seleccionando aunque nos lleve tiempo, qué cosas guardar y qué cosas  no. 

Cuando al contrario, se irrumpe en el caos, no se sabe bien cómo ni por dónde empezar a "ordenar". 
Muchas veces me ha pasado que saco todo, confiando en los tiempos que tengo por delante para ordenar, y llega un momento en donde me gana el cansancio, o se acabó el tiempo, y vuelvo a "ordenar desordenadamente" para continuar el ritmo cotidiano, para desocupar los espacios y hacerlos transitables. Desorden camuflado en orden, como aquel que esconde la basura debajo de la alfombra, va todo a parar en una caja de "asuntos pendientes" para otro día en el que pueda volver a sacar todo  afuera con las mismas intenciones de ubicar todo en su lugar

Es muy difícil habitar el caos, tener la paciencia suficiente para seguir trabajando en el  orden aunque por fuera no se note, darse el tiempo de poner las cosas en su lugar para deshacerse al fin de aquello que ya no necesitamos, abrir espacios de disponibilidad en esos lugares ocupados por cosas prescindibles.

El caos es incómodo. Requiere un margen de tolerancia amplio y la certeza de que en algún momento va a terminarse. El caos necesita vislumbrar como horizonte -aunque sea lejano- algún tipo de orden.

Me gusta pensar que para el corazón es lo mismo. Sospecho del corazón sin movimientos, del que siempre le va todo bien, sospecho de mi propio corazón cuando se vuelve rutinario , apagado, abúlico, sin pulsaciones a destiempo que digan que hay sorpresa, no control, vuelo. 

Quizás con menos paciencia que con la casa, advertir el corazón en estado de caos me genera un poco menos de calma. Se hace necesario el tiempo, porque generalmente en este aspecto tiene la particularidad de ser mixto: caos al que se llega no se  sabe bien cómo, y caos provocado por el propio andar.

Voy a hacer el intento de permanecer; de no querer hacer mudanzas ni guardar todo rapidito para que no moleste, asuste, o genere ansiedades que paralizan.

El tiempo irá poniendo todo en su lugar. Mientras tanto como con la casa, me acompaño con música linda, que siempre ayuda y acompasa los movimientos del corazón.

6 comentarios:

Mois dijo...

"Mientras tanto como con la casa, me acompaño con música linda, que siempre ayuda y acompasa los movimientos del corazón."

Cuando yo me sumerjo en el caos (de la vida o de mi habitación) trato de acompañarme con música que también sirve para ordenar y acompasar el corazón :)

mariana dijo...

me encanta tu sencillez ,sin dudas Dios te regalo el don de escribir!!!!!!!!

Analía dijo...

Gracias Mois! del otro lado del mar me llegó tu canción, está dentro del post, ayudando a ordenar algunas cosas ;)

Analía dijo...

Mari, gracias!! te abrazo amiga, en medio del caos,,,jeje.

Marcos dijo...

Bueno, si entro en mi casa y la veo como en la foto, llamo a la policía.
Cuando alguien se casa te invitan a conocer el nuevo hogar, y esta todo tal cuadriculado que parece estas en un museo. Siempre pienso que me gustaría volver en un par de años y ver ese mismo piso con vida.

Analía dijo...

jeeje, claro Marcos!! haría lo mismo (la foto no es exactamente de mi casa eh?) Y sí, es la imagen que usas, tal cual.
Va un abrazo grande para vos! gracia spor tus huellas por este lugar.

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