viernes, 6 de septiembre de 2013

No hay sueños imposibles.


Cuando era chica, daban en la tele un programa que se llamaba "Atrévase a SOÑAR", un programa de juegos y premios en donde el conductor decía "Atrévase a soñar que los sueños, sueños son, pero aquí se hacen realidad".

Pienso en lo fácil que sería juntar ese coraje de poner en palabras e imágenes aquello que desde muy adentro se va conformando como sueño, anhelo, ilusión, si una voz desde algún lugar nos confirmara sin ningún margen de duda que "aquí se hacen realidad".

Como uno va cargando en la propia historia con algunos desaciertos, fracasos, malas decisiones, miedos, a veces no se anima a darle forma a los sueños; como si guardarlos en lo secreto incluso para uno mismo, garantizara que el corazón no está en riesgos de volver a desarmarse, quebrarse, desilusionarse. Esa cobardía nos saca de juego, sin posibilidad de desilusión ciertamente, pero nos pone en la obligación de prescindir también de la ilusión y de todo lo lindo que ella tiene.

Lo lindo de los sueños es que son sueños, que van por delante de la realidad, que nos empujan a andar, que nos hacen arder el corazón con otros fuegos, con otras fuerzas. 

Lo lindo de los sueños es que no sepamos donde terminan ni donde empiezan muchas veces, que sean abiertos, que sean inasibles, casi como quien sostiene agua en las manos y disfruta de su frescura y transparencia pero apenas si puede retener unas gotas. 

Los sueños nos rozan, toman formas diferentes al sueño que nos hizo dar el primer paso. Se recrean, se reinventan, se entretejen con otros, se pintan nuevos. Sueños a ojos cerrados y sueños a ojos bien abiertos que son los que más me gustan. 

Quiero atreverme a soñar, que nos atrevamos a soñar sin pensar si será o no realidad lo que soñamos, como soñar más gratuitamente, quiero ese coraje. Quiero escuchar esa voz que no vendrá de afuera, ahora lo sé, esa voz que desde dentro me anime y diga que es cierto que no hay sueños imposibles, que la primera en creerlo he de ser yo.


Volver a soñar así. 
Lo deseo. 
Lo necesito.


5 comentarios:

Manuel dijo...

Los sueños valen siempre, aun si no pasan de ser sueños, porque los caminos se hace de aquello que soñamos. Como decía Teresa, la de Ávila: Tener siempre grandes deseos...

Analía dijo...

gracias Manuel! me encanta esta idea: "los caminos se hacen de aquello que soñamos".

Aprendiendo a soñar...

Un abrazo!!

Sejo dijo...

Los sueños acaban convirtiéndose en acción, en creación, por imposibles que parezcan. Lo que tu sueñes, lo soñaré yo y junto ami la humanidad soñará mis sueños y yo los suyos, todos ellos son los que crean, dan vida, mueven al mundo, hacen seres de luz y de amor.
Aqui, en mi, en ti, los sueños se hacen realidad, por fantasiosos que sean, solo hay que soñarlos para que se cumplan.
Me ha gustado mucho.
Un abrazo: Sejo

Jinete de estrellas dijo...

Ah... qué necesaria es esa fuerza, Ana querida... gracias por permitirme pasear por tus pagos. Cuando uno se reencuentra con sus sueños, y les moldea alas, y los anima y entrena a volar, el alma se vuelva liviana y ese coraje le permite a uno planear bien alto y encontrar perspectiva en la vida. Y aunque no siempre logremos cumplirlos segun lo estipulado en nuestras mentes, siempre el haber podido planear vale la pena el esfuerzo y el corazón aprende también al hacerse más flexible.
Te dejo un abrazo grande. Que nunca nos falte coraje para planear!

Analía dijo...

Seguimos andando Nico!Es como decis: siempre vale la pena seguir sobrevolando sueños; y seguir aprendiendo..que de eso se trata todo. Abrazo grande!! me da alegria encontrarte por acá..gracias por eso :)

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