sábado, 27 de abril de 2013

Bendito CAOS que me habita...


Cada vez que ordeno la casa, sobre todo en esos días en los que el caos ya es completo y donde uno hace esfuerzos por encontrar el piso, me doy cuenta de las muchas cosas que nos sobran, que no necesitamos, que acumulamos. Hoy es uno de esos días. Me levanto con decisión de poner fin al desorden total en que se encuentra la casa ahora. Pongo una buena música que me ayuda desde fuera a tener una energía distinta; canto a toda voz mientras trabajo en volver a poner las cosas en su lugar. 
Cuando lo hago escuchando música todo se vuelve más fácil, me entusiasmo, ya no pienso en el "todo caótico" que me envuelve, sino en ir tomando de a una cosa por vez y volviéndola a su sitio.  La música me  hace poner las cosas en su lugar (literalmente así) A veces es importante ver las cosas en su conjunto, pero en estos casos creo que no: mejor ir de a poco, esto acá, lo otro allá...
Nunca falta el hallazgo de algo que creía perdido del todo, entonces me gana la alegría y me siento descubriendo el valor de aquello que hace rato había perdido de vista. Lo encontrado se redimensiona en valor y necesidad.
Me imagino en una de esas filmaciones en cámara rápida, en donde del principio al fin el cambio es increíble, me sonrío imaginándome en una película de esas. Pero la vida va a otro ritmo, y deberá pasar un buen rato antes de que "note" los increíbles resultados en mi casa,,,je.

Mientras ordeno, automáticamente mi cabeza empieza a jugar con las imágenes. Pienso en los caos internos que a veces me acompañan e imagino que el movimiento es bastante parecido. Cuando visualizo TODO JUNTO me desanimo antes de empezar el movimiento de orden, me parece demasiado, casi imposible de acomodar; y es claro que me sobran demasiadas cosas. Pero si acepto que la vuelta a lo "habitable" es de a un paso por vez, de ir reencontrandole el lugar a algunas emociones-pensamientos-sentires...; si de paso me "ayudo" con algo que desde fuera me traiga una energía distinta y renovadora; seguramente no pase mucho tiempo antes de descubrir el "piso" donde hacer pie sin romper nada por culpa de un paso descuidado. Y quizás algo que daba por perdido, recupere valor ante una mirada nueva, cargada de sorpresa, llena de una inesperada gratitud por el encuentro.

¡Bendito caos que a veces me habita! Quizás es la oportunidad de revisar el corazón para volverlo a convertir en un lugar habitable y dispuesto a hospedar, dispuesto a la acogida.

..............

La casa ya luce mucho más ordenada. Curiosamente, el corazón también.

10 comentarios:

Jorge Curinao dijo...

A veces, una ventana puede ser el mundo.

ana dijo...

Con este tercer escrito seguido, veo que tu caos mental está volviendo a la calma, me alegra.
Es verdad que muchas veces hasta que no hay un desorden total, no empezamos a hacer limpieza del exterior y del interior. Después que ha gusto nos quedamos. Un abrazo

Manuel dijo...

Conozco esta experiencia, sí, y es curioso: poner orden alrededor ayuda a sentirnos más centrados y calmos interiormente.

Analía dijo...

Jorge, bienvenido y gracias por esa imagen: una ventana puede ser el mundo! hay todo un poema en eso solo. GRACIAS.

Analía dijo...

Ana...el caos parece que va cediendo un poco, dando respiro, es verdad. Son tiempos "especiales" estos, pero tengo una voluntad para la alegría, y un deseo de esperanza grande que quieren volar por encima de todo eso.
Un abrazo grande para vos! Ya te visito.

Analía dijo...

Gracias Manuel por tu "eco". Es verdad que ordenar lo más concreto/externo ayuda a visualizar lo que por dentro tiene que ir encontrando su lugar, y un poco por la energía que se ocupa de algo "productivo" y un poco por esa especie de misteriosa comunión entre lo de afuera y lo de adentro, el orden exterior ayuda notablemente a encontrar serenidad para apacentar lo de adentro. Un abrazo amigo! Y gracias siempre.

MARIANO.- dijo...

Una cosa a la vez. Mensaje recibido.
No es sólo para ordenar cosas o para acomodar la cabeza, sino para la vida. No es fácil despejarse, pero a veces hay que dejar de pensar, vivir sólo lo que se está haciendo en ese momento y dejar que la cabeza responda al cuerpo, al aquí, al donde estoy, y no piense que debería estar en otro lugar (si así fuese, allí estaría, o al menos yo estaría haciendo algo para estar llegar).
Abandonarse y confiar. En Él, pero también en mí, en quien Él confía.
Bendiciones.

Analía dijo...

coincido Mariano: para la VIDA misma! Voy en intento con "dejar de pensar" y vivir lo que va tocando vivir. Estoy segura de que es una clave para la vida de las más importantes y necesarias...Todavía no me sale del todo. Pero es así, tiempo de confiar!! Bendiciones también para vos.

Sol dijo...

Ojalá deje que Jesús me ayude a acomodar mi desorden!! Que confíe en que Él no me retará por tanto lio, sino que vendrá con una escoba a ayudarme a limpiar, a hacer nuevas todas las cosas!!

Analía dijo...

Hola Sol!me sumo a tu deseo-oración, con confianza, con paciencia, y con voluntad también. Te mando un abrazo! Gracias por tu huella por estos lados.

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...