
Es un lugar para dejarse despertar los sentidos, para permitirse jugar, para sentirse parte de la obra.
En eso estoy, sentada frente a un pizarrón gigante, en donde se lee en una de las columnas a modo de título: "SUEÑOS POR REALIZAR". Allí me quedo un buen rato antes de escribir el mío, leyendo. Comparto mi propio sueño con al menos 10 desconocidos, hay muchos en la categoría "viajar-conocer"; otros tantos que tienen que ver con lo afectivo "formar familia, felicidad para los hijos, olvidarse del ex...", algunos más del tipo "la paz mundial, valores varios...", y otros.

En eso estoy, con mis hijas que también escriben lo suyo y miran, cuando vemos acercarse al pizarrón a un hombre de edad en silla de ruedas.
Alguien le alcanza una tiza, lo ayuda a posicionarse para escribir, y con mucha dificultad lo hace. Vemos su trazo débil, le cuesta tomar la tiza.

Leemos, nos miramos entre nosotras, con los ojos lacrimosos llegamos a leer: "MUCHOS".
Ahora siento que mi sueño está bien custodiado, por el sueño de alguien que sueña mucho, a pesar de limitaciones y dificultades evidentes.
El corazón celebra ser parte de este entramado de sueños que en silencio mientras voy leyendo, rezo.
HORIZONTES DE DESEO, sueños para vivir.
El corazón celebra ser parte de este entramado de sueños que en silencio mientras voy leyendo, rezo.
HORIZONTES DE DESEO, sueños para vivir.
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