sábado, 10 de agosto de 2013

de mis PALABRAS...



Palabras como hilos que entretejen mi historia; mis luces y mis sombras; mi cotidiano y mis imposibles; mis anhelos y mis motivos de celebración; mis tristezas y mis mil maneras de ponerme de pie tantas veces.

Palabras como la prueba eterna de que he vivido, de cuánto el corazón ha latido, de todo lo que mis ideas buscaron, defendieron, resignaron, asumieron.

Palabras como amores no aferrados, desapropiados, libres.

Palabras como el eco de un sueño, como el eco infinito de los sueños que todavía no digo en voz alta.

Palabras como puentes, como el coraje que no tengo a veces en mis ojos.

Palabras como espejos de mi modo de mirar la vida.

Palabras como abrazos que atraviesan ciudades, historias, pantallas, situaciones, destinos.

Palabras como alas que desconocen cualquier forma, por sutil que esta fuera, de cautiverio y condena.

Palabras como una flor que te regalo, agradeciendo que hayas sido parte del camino.

Palabras como esperanza inmortal, como fe ciega, como paz en torrente.

Palabra como entrega, con el corazón en la mano.

Palabras como llave, con el alma abierta de par en par, para que leas en ella las razones de mi aliento cotidiano.

Palabras como infinitos nacimientos, oportunidad de vivir para siempre incluso cuando ya no pueda pronunciarlas.



Cada encuentro, cada historia, cada nombre y rostro concreto, cada espacio virtual, cada correo, cada palabra -y más- que cruzan y han cruzado mi camino han sido responsables conmigo, de las palabras que escribí alguna vez; de mis intentos de poesía; de mis verdades contadas; de la "música de fondo" que a veces siento en mis escenarios cotidianos.

En estos días, por distintos caminos y coincidencias, casualidades y sorpresas, muchas cosas del pasado se reeditan, vuelven, y me recuerdan que valió la pena mucho de lo sentido y vivido, que valieron la pena las palabras dichas y las palabras calladas, que haber respirado poesía y canciones y palabras llenas de belleza de otros me ha moldeado el corazón y la manera de mirar de un modo al que no quisiera renunciar jamás.

Ahora suena "Solo el amor", en una versión inédita de mi amigo Mois, mi cortina musical de este momento. Y aunque fue casual que me pusiera a escribir mientras re descubría ese regalo de hace unos años entre mis archivos guardados, una vez más la casualidad me regala en un guiño bonito y oportuno esta verdad: "solo el amor convierte en milagro el barro".

Mi corazón de barro, mis palabras de barro, mi ser de barro, mi historia de barro, pueden ser transformados en milagro  si me animo a amarlo todo tal cual es.



2 comentarios:

Vanina dijo...

Menos mal que me quede con ganas de comentar hace unos días. Me encanta leerte, porque es lindo, porque es poder acercarse un poco mas a lo hondo de vos, y también me resulta inevitable como me resuenan algunas de esas palabras en mí, a mi que me cuestan las palabras, jejee

TeSs dijo...

Palabras para seguir viviendo, aún en este tiempo algo desconectado, te leo, tus palabras siguen atravesando mi vida, y dando sentido a amistades que van más allá de las fronteras.
Un abrazo, gracias

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