Leí algo en un blog amigo que conjugado con algún propósito de este tiempo me disparó una idea.
Puede no ser brillante -como muchas de mis ideas- así y todo deseo compartirla.
Deseo pedirnos que
nos hagamos un favor unos a otros, que nos regalemos un detalle amoroso aunque
no nos conozcamos más que del mundo virtual en muchos casos. Regalémonos
compartir razones de esperanza y de alegría. Sencillas razones para la
esperanza, cotidianos motivos para la alegría. Que llenemos nuestros espacios
(blog, muros, mensajes) de buenas noticias, de cosas bellas. Que nos brindemos unos a otros un impulso de optimismo.
Y no es igual a
cerrar los ojos a lo mucho que en el mundo nos entristece, nos duele, nos subleva,
nos interpela No nos olvidaremos de nada de esas cosas. Es solo que veo tanta
gente –y me incluyo a veces- que va con desánimo por la vida, quejosa del
mundo, desarmado por la historia complicada que le toca, que siento una
urgente necesidad de despertar la esperanza adormecida, el optimismo atrofiado
por tantas injusticias, y la alegría vivida casi como una utopía.
¿Se animan? Una
semana para empezar. Hasta el domingo próximo.
2 comentarios:
Cuenta conmigo
que bueno Marcos!! Gracias! Un abrazo y linda semana!
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