Abrigando el alma...

No nos conocemos pero esta tarde quiero escribir para vos.

Te quiero agradecer el regalo de tus palabras a mi correo, embebidas en dulzura, en delicada simpleza, en gesto gratuito y cercano.

Sabés? leerte me hizo dar cuenta de que no importa si yo me creo que lo que escribo es bueno o no, si es útil o no, si es iluminado o no, importa que está ahí, lanzado al espacio cibernético, para compartir camino. 

Y no que otros -Ángel M. por ej- no me lo hubieran dicho alguna vez, pero es como si HOY me hubiera dado cuenta. Escribir desde mí, desde mi corazón, desde lo que pienso...no es para mí. Es como lanzarse al camino rodeado de otros tantos, y es abrirse al encuentro. Digo algo que a la vez es inspirado casi la mayor parte de las veces por el encuentro con otros, o el desencuentro. Es decir, a veces lo que escribo son claros ecos de otros. Los recibo y traduzco. Otras veces, lo mío sale al encuentro, y el corazón dicta desde muy dentro, y algún otro por ahí -sea conocido o no, sea que me lo haga saber o no- quizás hace algo con las resonancias de mis pobres palabras.

¿Por que digo todo esto?  Porque me regalaste hoy una linda sensación de libertad. Escribo porque el corazón me lo pide, escribo porque NECESITO. Pero desde ahora en adelante además, escribiré para asegurarme que en camino ni voy sola ni vas sol@. El camino es el mismo, vamos juntos, "abrigando el alma", y haciendo el intento de sembrar un poco de esperanza. 

Haciendo camino y encontrándonos, que lo demás es todo regalo...