Palabras y silencios.
De eso quiero escribir aunque me cuesta ordenar mis ideas y sentimientos para empezar a tirar de la punta de este hilo ahora. Voy a jugar con eso entonces, como quién tira desde la punta de un ovillo que aún no está tejido. No necesariamente tiene que tener forma final. Veo que sale.
Empiezo por la ausencia. La ausencia de palabras digo: SILENCIO.
El silencio tiene dos caras, creo. Un lado es ese silencio saludable y vital en el que tantas veces necesitamos y deseamos permanecer. Un silencio que acompaña un tiempo especial de rumia en donde se hace imprescindible no incorporar nuevas palabras. Silencios en donde las palabras sobran: frente a un atardecer en la playa, frente a los ojos de la persona que nos quiere y queremos, frente a un Cristo, frente a un bebé recién nacido, frente a alguien que nos está abriendo su alma entera y solo necesita respeto y escucha. Silencios vitales, llenos de sentido en sí mismos. Silencio en el sigiloso movimiento de acercarnos a una escena que no queremos corromper con nuestra presencia. Silencio para escuchar mejor. Silencio de cuidado a otro: que estudia, que duerme, que está enfermo. Silencio por el solo silencio, silencio de descanso y encuentro con uno mismo. Silencio del "no hace falta palabras" porque pudimos decirnos en un gesto las palabras de todo un idioma completo.. (hay más)
Y el otro lado, claro. Ese que nos provoca dolor, que nos aísla. Silencio cárcel que atormenta y que nos llena de soledad. Silencio que condena a otros y a uno mismo por cobarde y por cómodo. Silencio del "no me animo". Silencio de vacío, del no hay nada que decir ¿? Silencio que agiganta la desazón y el miedo. Silencio aturdidor como pocas cosas. Silencio de muerte. Silencio de quien sabe que no será escuchado. Silencio negociado y corrupto. Silencio demoledor. Silencio absurdo e injusto. Silencio que siembra incomprensión y rabia. Silencio estéril, nulo, inoportuno...(hay más)
Y PALABRAS. También con sus dos caras. Quizás las mismas caras, no sé. Palabras mentirosas, palabras canallas, de engaño, de miedo. Palabras que arrasan, que destrozan, que desarman. Palabras que NO dicen, vacías, insulsas, de más. Palabras que confunden, que envuelven, que enmascaran. Palabras que crucifican, que aniquilan, que lastiman. Palabras que separan. Palabras que secan, que agotan. Palabras blasfemas. Palabras que descaradamente mienten. Palabras ausentes, palabras que no llegan, palabras fuera de tiempo. palabras imprecisas...(hay más)
Y de las otras. Desovillo entonces y escribo. Ahora son palabras que tejen, palabras que crean, que desentrañan sentimientos y pensamientos de este instante. Pienso en palabras que dicen de uno mismo, palabras que nos narran. Palabras que dicen claramente "quien es quien" en cada juego. Palabras que fabrican puentes de encuentro, y si no nos abrazamos en el medio al menos nos habrán puesto frente a frente para poder sacarnos de la isla y reconocernos cerca. Palabras que son luz, abrazo, amor. Palabras con vocación de anuncio, de denuncia, de proclama. Palabras que nos devuelven la voz y las ganas de decir. Palabras de paz en movimiento. Palabras VERDADERAS. Palabras gestadas para ser poema, canto, grito o susurro verdaderos. Palabras compartidas. Palabras que tienen sentido en sí mismas, como ciertos silencios. Palabras que dicen lo que dicen, sin lugar a segundas interpretaciones. Palabras de VIDA. Palabras que crean y recrean esperanzas. Palabras que llaman a las cosas por su nombre. Palabras que clarifican, que buscan la verdad a cualquier precio. Palabras valientes, que laten, que pujan por dar luz siempre...(hay más)
No se acaba el hilo. Dejo el ovillo a mano por si alguno quiere ayudar a entretejer ...