Frío. Noches largas. Amaneceres tardíos. Abundancia de grises. Calles desiertas. Paisajes desolados.
En esto, los ánimos a veces acompañan el entorno, o viceversa; y uno puede sentir también cierto tono de grises y silencios en las cosas del alma. Es tiempo de observar atento y con paciencia, el ritmo leve y suave de las cosas que se van gestando, lentas, en lo profundo. Paciencia me repito. (Es que a veces, cuando uno no ve...) Pero así es el invierno, no es tiempo para ver, es tiempo de esperar. Es un tiempo especial con vista adentro. Un tiempo que prepara la fiesta aunque no la sienta todavía. Un tiempo de esperanzas, no certezas. Un tiempo donde es válido buscarse algún refugio. Un tiempo que suele dejar al descubierto algunos "necesito". Un tiempo necesario aunque no siempre deseado. Un tiempo de coraje. Un camino seguro hacia la Primavera.