Me impregna el corazón un miedo que no quiero, pero que de ningún modo responde a mi voluntad de sacarlo de adentro. Bien sé ya que corazón y cabeza, en mí, están divorciados de hace rato; y tal parece que en malos términos.
No me acostumbro. La sorpresa me lleva a un borde que no quiero...
Necesito silencio, verdad, refugio.
¿Qué es escape? ¿De qué manera sabré si voy atenta a lo que anhelo? ¿Dónde es verdad la verdad que busco?
Algo desde adentro se transforma en lágrima, y yo que me sé no triste esta vez, no sé ponerle nombre a lo que pasa.
Será paciencia lo que deberé pedir para mí misma.
Pasos en falso... ¿falsos los pasos o la tierra que piso?
Lucidez, te necesito.
6 comentarios:
Guauuuu. menudo pensamiento y reflexión. Me identifico a veces con todo lo que has plasmado en tan bellas palabras.
¡Me ha encantado! Un saludo
MI QUERIDA AMIGA!!!..EN UN MOMENTO DE MI VIDA ME MIRE AL ESPEJO Y NO SUPE RECONOCER QUIEN ERA... MUCHAS VECES TAMBIEN NESECITADA DE SILENCIO Y REFUGIO PEDI A DIOS QUE ME DEVOLVIERA MI LUCIDEZ...MUY BUENA TU ENTRADA. ME HAZ PUESTO A PENSAR...BENDICIONES!!
Angelo, Jackie...
Gracias por pasar y leer, y por animarse a compartir sus propios "ecos".
Un abrazo y bendiciones...
Podría ser que estás creciendo...y está muy bien pedir paciencia, lucidez, y no desesperarse amiga!
No te tortures pensando tanto: sos amor, sos gracia, son un don para nosotros! MUY FELIZ CUMPLEAÑOS!!!!
Hola Analía, he llegado hasta aquí a través de Gabriel, y husmeando en sus enlaces. Y he quedado gratamente sorprendido del hallazgo.
Porque esas reflexiones son las que ayudan a crecer, a interiorizar, a madurar tu fe e inquietudes.
La voz de nuestro PADRE DIOS está dentro de nosotros. Es nuestra conciencia (Punto 1706 del Catecismo de la Iglesia Católica), y, cuando nos abandonamos a ella, escuchamos la voz de DIOS. Por eso, al cumplirla nos sentimos en paz y dormimos a piernas sueltas.
Al contrario, cuando no la seguimos estamos desesperados y angustiados. No nos sentimos bien.
Ocurre que muchas veces pensamos y opinamos de forma diferente a lo que nos dicta nuestra conciencia. Ahí está la Voz de nuestro PADRE DIOS que nos avisa, y el ESPÍRITU SANTO que nos alumbra y nos dirige en el camino.
"No tengamos miedo", como nuestro querido Papa, Juan Pablo II, nos decía. DIOS nos habla en nuestra conciencia y directo a nuestro corazón.
Gracias por estar ahí, posiblemente sea lo que DIOS te pide, ¿coincide con tu conciencia?
Un fuerte abrazo en XTO.JESÚS.
Quizás la respuesta esté cerca. Acaso necesitas un poco de silencio interior...
No dejes de buscar.
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