domingo, 30 de marzo de 2014

Lluvia...

Llueve sin descanso. Algo me pasa en los días así. Es como si la lluvia acompañara mejor el entrar en contacto con sentimientos que a veces pasan inadvertidos o preferiríamos que así fuese. La lluvia sabe llegar a esas grietas que conducen directo a lo más íntimo de uno. Y no hablo de mojarse simplemente: digo la lluvia llegándonos a través de todos los sentidos.
Miro la lluvia a través de la ventana, y siento soledad. La soledad del mundo, de cada hombre. La soledad de la calle vacía, de un paisaje inmóvil, de una ausencia que pocas veces grita la calle…cualquier calle.
Oigo la lluvia golpeando sobre el techo, el sonido del pasar de algún auto por la calle. La misma lluvia que delata tanta ausencia y soledad, se apropia en mismo movimiento de nuestra compañía. No hay escape. Nos invade, nos asegura las puertas por fuera, y nos invita u obliga algunas veces, a quedarnos con nosotros mismos, con la plenitud de nuestro consentimiento o a contra voluntad.
Ahora le agradezco. La imposibilidad de escape, la percepción de una soledad que se ha vuelto indolora y amable conmigo, y las ganas de escribir, gratuitas, que me trae.
Bendita la lluvia de este día…

3 comentarios:

Sejo dijo...

La lluvia del otoño, la que nos atrapa como muy bien dices en nosotros mismos, la que nos baña de soledad, de añoranzas, de olor a frio y oscuridad, la que nos trae una calma que poco a poco nos va sumergiendo en un letargo que durará varios meses.
La lluvia que aqui ahora cae es otra lluvia, es la de la alegría, la que anuncia la llegada de la vida, de salir del interior, de ahogarse en olor a tierra mojada, a flores, a cerezos y amaneceres, a fresas y naranjas. La lluvia que rompe el silencio, que estalla en resplandecientes rayos, la que abre las puertas para ventilarel interior tanto tiempo cerrado. Yo tambien la miro caer y espero ansioso su llegada, porque se que lava, que purifica, que es la nueva vida, la que me despierta de un profundo sopor.
Muchas gracias por escribir cosas tan bonitas, tan humanas, tan del corazón.

Analía dijo...

Gracias Sejo!! me gusta pensarnos en estaciones diferentes, me hace caer en la cuenta del movimiento, de la circularidad de las cosas, de que aún viviendo cosas distintas (paisajes, tiempos,,,) podemos sentirnos tan en comunión. Te mando un abrazo grande!!!

Marcos dijo...

Tras la lluvia llegará el sol renovado.

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