Entonces se trata de ABRIR, de abrir siempre.
De perderle el miedo a la intemperie, al cambio de dirección, al imprevisto.
De no encerrar corajes, ni atesorar desánimos.
Entonces se trata de ventilar ideas, y casa/corazón.
Dejar que aires nuevos, vientos de cambio, atraviesen el alma.
No ser uno el que impide el movimiento, el que pone pausa a la alegría.
Sin puertas, sin cerrojos, solo espacios para dejar lugar a la fluidez.
Quizás también se trate de alivianar la carga y dejarse acompañar, dejarse llevar,
dejarse "ensoñar" un poco más...
1 comentario:
Tus palabras Analía, son perfectas, no tengo nada que decir, sólo aplicar lo que dices a mi vida. Hacer limpieza de apegos y dejarnos fluir libremente.
Me alegra ver que ya empiezas a hacer garabatos en esa página en blanco. Un abrazo
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