sábado, 19 de septiembre de 2009

de Inviernos o Camino Primavera II...

Hace un tiempo escribía a propósito del invierno...o camino primavera; y acá me encuentro, pareciera estar ahora en el mismo lugar; y sin embargo, siento en lo profundo del corazón que algo está pasando. Algo nuevo está gestandose, aunque las flores más hermosas, por ahora sean solo promesas en las que confío.
El tiempo va haciendo su parte.
Es un tiempo en el que no hay estridencias en los cambios que intuyo. Serenos, mansos, lentos para dar-se a luz.
Lo que "vemos" de la Primavera, tiene su origen en lo que no se ha hecho tan visible todavía. En el silencio profundo y oscuro de la "tierra", semillas/promesa de brotes nuevos; están blandiendo sus cortezas para abrir paso a la vida que fluye y puja por orientar su impulso hacia la luz.
Un día, la grieta que parece deshacer a la semilla, se vuelve el especialísimo sitio por donde la vida empieza a manifestarse hacia afuera. Tiempo en que ya no puede estarse encerrado en sí mismo. Es tiempo de ir hacia arriba, y no hay manera de detener lo que va pasando. El mismo impulso hacia arriba... este explayarse en altura y belleza, se va viviendo también desde muy dentro. Arraigándose más y más profundo, para quedar sostenido ante circunstancias adversas.
Solo la semilla en lo profundo de sí misma sabe que para ser flor es necesario perder las viejas formas. Que sin ciertas renuncias no podría donarse en flor o brote. Que si no se abre generosamente hacia afuera, será estéril por fértil y propicio que el terreno se muestre. Que el miedo a perderse a sí misma, la aleja más y más de ser quien está llamada a ser.

Que la Primavera del alma
nos encuentre dispuestos y valientes.
Que el fondo oscuro, barroso y silencioso
en que hemos transitado nuestros inviernos,
encuentre sentido en la Promesa:

"Yo estaré siempre con ustedes hasta el fin del mundo"









3 comentarios:

Sejo dijo...

Que extraña sensación.

Leerte, sentir ese renacer a la primavera, a lo mas oculto de nuestro interior, choca frontalmente con la situación de nuestro hemisferio.

Aquí, ahora los días acortan, la noche, la lluvia, el frío. Una dulce melancolía poco a poco se va adueñando de la vida. Dentro de poco, las primeras hojas que ya empiezan a amarillear, caerán, y con la caída de cada una de ellas, se va haciendo el recogimiento en nuestro interior, sereno, frió, con un poco de miedo por lo por venir. Pero al mismo tiempo, la fe, tus palabras, preparan el cálido nido para pasar el invierno en la confianza y seguridad de que la vida sigue, a otro ritmo. Sufre una metamorfosis para renacer en su momento, con mas belleza, con mas fuerza, con mas amor si cabe.

Gracia por tu primavera, por nuestro otoño, por compartir tu esperanza y seguridad. Por confirmarnos ese sentimiento de que algo nuevo está nuevamente brotando.

Un abrazo:Sejo

Analía dijo...

Gracias Sejo por tu "eco"; tus palabras siempre me traen un lindo calorcito al alma, y ya no importa si es invierno o primavera, es el tiempo perfecto de compartirse con amigos.

Dejo la letra de un canto (traducido) que me regaló un AMIGO; y que me pareció especial para dejar ahora en este lugar, en esta entrada. ¡GRACIAS!

Alguien dice que el amor es un río
que anega el junco tierno;
que es una cuchilla
que te deja el alma sangrando.

Que es una hambrienta,
infinita, dolorosa necesidad.
Yo digo que el amor es una flor
y tú eres justamente su semilla.

Es el corazón que tiene miedo de romperse,
porque nunca aprendió a bailar;
es el sueño que teme despertarse
porque nunca tuvo una oportunidad.

Es aquel que no quiere ser tomado
porque aún no está preparado para darse,
y es el alma que teme morir
porque aún no ha aprendido a vivir.

Cuando la noche ha sido tan solitaria
y el camino tan largo
y piensas que el amor es solo
para el afortunado y el fuerte,
recuerda que, precisamente en invierno,
hundida bajo la capa de nieve helada,
yace la semilla
que con el amor del sol, en primavera,
se convertirá en rosa.

hna. josefina dijo...

¡Un abrazo!

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